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! Hola amigos foreros-as! He leido con mucho interés las "crónicas" sobre la fiesta del vino, y me ha dado un poco de pena la desilusión de algunos organizadores y actores (Custodio, Arenita...), y la comprendo perfectamente, pues cuando algo se prepara con tanta ilusión y esfuerzo, es normal que se espere al menos, la "recompensa" de saber que ha gustado y ha tenido éxito entre los espectadores.
Pero por desgracia no siempre es asi, por diferentes circunstancias en un evento asi, no siempre se puede contar con la atención del público (seria lo ideal), pues hay que comprender que la mayoria de las personas que acuden a una manifestación de esas características, va allí para encontrarse con amigos y conocidos, comer, beber y charlar, y por supuesto bromear y reir. Y el espectàculo pasa a ser secundario (salvo para los interesados y su familia).
Os voy a contar una anécdota que he vivido varias veces. En octubre de cada año, la parróquia católica de mi barrio organiza una fiesta (Kermesse) para recaudar fondos para los necesitados de la parróquia y piden ayuda a las escuelas para organizar actos a nivel artístico por parte de los alumnos. Esta fiesta se suele hacer en el salón de actos de la escuela principal del barrio. Pues bien, como mis hijos han hecho el conservatorio, sus respectivas profesoras les pidieron si querian participar y tocar en la fiesta.
La primera vez mi hijo mayor participó tocando varias piezas de piano (tenia 14 años). Y durante la actuación se vendian dulces, bocadillos, bebida y se rifaban papeletas para una tómbola. La sala estaba llena y para completar la fiesta el obispo de Ginebra estaba de invitado de honor, junto con el alcalde del barrio. No os podeis imaginar la desilusión de mi hijo (y la nuestra), cuando se puso a tocar y la gente estaban pendientes de la rifa, del obispo y de tomar un trago, ni caso del pianista que hacia esfuerzos para no ponerse a llorar de rabia, pues habia preparado con toda ilusión sus canciones, trabajando fuera de las horas de escuela para que saliera "bordao", y a parte su maestra que intentaba callar a la gente, y nosotros, creo que nadie màs se enteró de que habia tocado. Esto le ocurrió en varias ocasiones, siempre en fiestas en las que se comia y bebia mientras se escuchaba la música, al final decidió que no tocaba màs, si no era en un sitio donde la gente fuera a escuchar música, y lo mismo su hermano.
Por eso si me permitís un humilde consejo, la próxima vez, hacer el teatro en un entoldao, donde solo se pueda ir a veros actuar, y asi la gente apreciarà de verdad vuestro esfuerzo. Animo, que hay cosas peores!
Encarna veo normal tu actuación, en casos así hicistes lo que podias, fué un concurso de circunstancias, incluida la "inoportuna lluvia" nunca mejor dicho "agua fiestas".
Un abrazo amigos.
Trini
Pero por desgracia no siempre es asi, por diferentes circunstancias en un evento asi, no siempre se puede contar con la atención del público (seria lo ideal), pues hay que comprender que la mayoria de las personas que acuden a una manifestación de esas características, va allí para encontrarse con amigos y conocidos, comer, beber y charlar, y por supuesto bromear y reir. Y el espectàculo pasa a ser secundario (salvo para los interesados y su familia).
Os voy a contar una anécdota que he vivido varias veces. En octubre de cada año, la parróquia católica de mi barrio organiza una fiesta (Kermesse) para recaudar fondos para los necesitados de la parróquia y piden ayuda a las escuelas para organizar actos a nivel artístico por parte de los alumnos. Esta fiesta se suele hacer en el salón de actos de la escuela principal del barrio. Pues bien, como mis hijos han hecho el conservatorio, sus respectivas profesoras les pidieron si querian participar y tocar en la fiesta.
La primera vez mi hijo mayor participó tocando varias piezas de piano (tenia 14 años). Y durante la actuación se vendian dulces, bocadillos, bebida y se rifaban papeletas para una tómbola. La sala estaba llena y para completar la fiesta el obispo de Ginebra estaba de invitado de honor, junto con el alcalde del barrio. No os podeis imaginar la desilusión de mi hijo (y la nuestra), cuando se puso a tocar y la gente estaban pendientes de la rifa, del obispo y de tomar un trago, ni caso del pianista que hacia esfuerzos para no ponerse a llorar de rabia, pues habia preparado con toda ilusión sus canciones, trabajando fuera de las horas de escuela para que saliera "bordao", y a parte su maestra que intentaba callar a la gente, y nosotros, creo que nadie màs se enteró de que habia tocado. Esto le ocurrió en varias ocasiones, siempre en fiestas en las que se comia y bebia mientras se escuchaba la música, al final decidió que no tocaba màs, si no era en un sitio donde la gente fuera a escuchar música, y lo mismo su hermano.
Por eso si me permitís un humilde consejo, la próxima vez, hacer el teatro en un entoldao, donde solo se pueda ir a veros actuar, y asi la gente apreciarà de verdad vuestro esfuerzo. Animo, que hay cosas peores!
Encarna veo normal tu actuación, en casos así hicistes lo que podias, fué un concurso de circunstancias, incluida la "inoportuna lluvia" nunca mejor dicho "agua fiestas".
Un abrazo amigos.
Trini