Estoy avergonzado de mi proceder. No sé lo que me ha pasado. Yo, que si de algo he podido sacar pecho, en toda mi vida, ha sido de tener esa fuerza de voluntad y ese espíritu de sacrificio tan necesarios para sobrevivir en la adversidad. No tengo por menos que avergonzarme de mi mismo, por permitir este comportamiento mío ante esta última que me ha tocado. Más aún, cuando esta mañana, me llama un viejo amigo, al cual la vida, quizás no le ha cobrado tantos peajes, por lo que no tiene, ni lo hace, qué presumir de luchador y sin embargo, me asegura que ha pasado un montón de veces por el quirófano y ha salido adelante. Cuando leo las luchas libradas con esa fe en su virgen y ese empaque envidiable, de nuestro amigo Arenas en los quirófanos. Cuando compruebo la fuerza de voluntad y superación de nuestra, yo diría heroína, Encarna por su forma tan ejemplar de aceptar y de reponerse de tanto contratiempo. Si, y hay más ejemplos que me dejan muy mal parado, por lo que considero que debo reponerme si quiero seguir pudiendo miraros a la cara sin sentir esta sensación.
Perdonar amigos, y os prometo que desde hoy, intentaré estar a la altura. Os quiero un montón
Perdonar amigos, y os prometo que desde hoy, intentaré estar a la altura. Os quiero un montón