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FRAILES: Gracias Trini, es bueno saber que se puede uno dedicar...

Gracias Trini, es bueno saber que se puede uno dedicar a otra profesión, que tal y como estan las cosas cualquier cosa es posible jejejeje.
Antonio, espero que se enmiende tu espalda. Yo también me resiento de ella desde hace tiempo. Y me alegra saber que por tus venas corre sangre y espíritu de ciclista.
Bueno ya van faltando menos kilometros:
Llegamos a Seteníl de las Bodegas, bonito pueblo, lo atraviesa un rio y en el recorrido pasamos por la base de un impresionante tajo que albergaba tanto viviendas como pequeñas tascas abarrotadas de gente y animando igualmente a nuestro paso, por nuestra mente seguro pasaba la cervecilla fresquita que por allí se estaba dispensando. Llegamos a la parte alta del pueblo y cruzamos un rio por una pasarela de peatones, entramos al patio de un colegio donde había otro avituallamiento y una banda de música en toda regla nos recibía con sus melodías. La parada fue breve y continuamos la marcha, 10 km más de subida hasta el siguiente avituallamiento y aprovechamos la sombra de una hermosa encina para descansar. Ya hay que echar mano del botiquín de emergencia, el Reflex se convierte en protagonista, a José le comienzan a bombardear los calambres, Km 65. Tres kilómetros mas de suave subida y comienza el descenso hasta el cuartel de la legión, unos 7 kilometros de bajada con fuerte pendiente que ponen a prueba tanto los frenos como la resistencia del ciclista, por el camino multitud de botes de agua caidos de las bicicletas, por lo aspero del terreno. Poco antes de llegar al cuartel y finalizando la bajada un caudaloso arroyo de agua. El año pasado lo crucé del tirón y en la otra orilla paré a refrescarme en sus cristalinas aguas. Este año me dio la impresión de que podía quedarme pinchado en medio del cauce, así que opté por cruzar por un pequeño puente, todavía quedaban kilómetros y no quería ir con los pies chorreando, aunque la tentación era fuerte, conseguí reprimirla.
Metros mas adelante cruzamos la vía del tren, pasamos por una zona de hermosas encinas cuyas sombras estaban ocupadas con gente de merendica que animaban a nuestro paso, a continuación entramos al cuartel de la legión. Allí había posibilidad de hacer una comida con todas las de la ley. No lo habíamos hablado, y resulta que ni Carlos ni José tenían intenciones de parar, cuando los veo que van pasando de largo me acerco y ya me comentan que tal y como van prefieren no parar. Les digo que continúen ellos que yo tengo que parar a llenar agua. Follonazo de bicicletas aparcadas ocupando los alrededores del comedor del cuartel, no era para menos, la atención allí era magnifica. Me zampo por mitad de la cola que había, puesto que solo iba a llenar agua, me preparo ya fuera la bebida, me como una barrita y continuo en solitaro.