Luz ahora 0,09100 €/kWh

FRAILES: Bueno amigos, cronologicamente, me remito al día veintisiete...

Bueno amigos, cronologicamente, me remito al día veintisiete de abril, un día que se quedara marcado para la historia de mi vida, jejejeje, lo que no me pase a mi........

Ese día, el Club ciclista En Femenino, de Granada, organizaba una ruta por la Sierra de Huetor, de 100 km., una compañera de fatigas ciclistas de nuestro club, no se le ocurrio otra cosa que animarnos a participar en ella.

A mi no me tienen que animar mucho para hacer este tipo de cosas, y aún sabiendo que eran 100 km. allá que acepte, con los mismos cálculos que mi niña de 5 años.

Pasaba el tiempo, y parecía que la cosa iba en serio, donde empezó a correr el miedo por mis venas, pero yo igual que dice el refran “cuando un tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue”, y siendo una persona de palabra, no me podia echar para atrás.

Me puse en contacto con las bikers de En Femenino, las cuales me dijeron que había que tener cierta forma física para hacer los “100 en femenino”, ni de coña haciamos nosotros eso, pero ¡si habiamos dicho que se iba, se iba!.

Nuestros hombres aguantaban el tiron como podían, unos decian que ni ellos hacian los cien, otros que era mucho para nosotras, otros incluido el Chache nos apoyaban en la idea, nos decian que alguna vez teniamos que salir de “las pipas”, nombre con el que llamamos a una ruta que hacemos a menudo, de unos 30 km. pero la única que hay suave por Frailes y los pueblos periféricos.

En fin, después de tanto erre que erre, nos fuimos rajando, con la diferencia de que habia que sustituirlo por algo igual, decidimos irnos a la vía verde del aceite, la visita a la morenita en su día, no era nuestro fuerte, la tenemos al lado, y la podemos visitar cuando queramos, sin tener que aguantar caravanas, agobios de gente, etc......

Llego el día y como siempre, a las nueva tomamos rumbo a Doña Mencía, pueblo de la provincia de Córdoba, en el cual las posibilidades de hacer km. con una paisaje bonito, estaban al máximo.

Con el gusanillo, de los 100 en femenino, decidimos que nos teniamos que hacer, al menos 50 km. para suplir a nuestro organismo de la adrenalina suficiente que nos hubiera aportado la otra ruta, pero con una dificultad mucho menos dura.

Mi sobrino que semanas antes, se habia roto el radio del brazo izquierdo, se unio a nosotros, a escondidas de su madre, con el traje de ciclista debajo del chándal, y con las zapatillas de la bici en la mochila, allí que estaba, a pesar de nuestras peripecias para convencerlo de que no participara, no hubo manera, allí me encontre con una situación difícil, llamar a su madre, y contarle la situación, echandome de enemigo a mi querido sobrino, o dejarlo hacer a su manena, esta segunda opcion fue la que tome, para bien o para mal.

Ya en la vía verde, dispuestos a empezar, adverti a mi sobrino de que tendria que venir a mi lado, para poder tener control sobre él, y a mi niño, el cual daba saltos de alegría porque así podria correr.

Unos dieciséis km. nos separaban del pueblo de Cabra, el cual, a los quince minutos, los habiamos dejado en cero, y llegando a la estación de Cabra, creyendome con la misma habilidad que mis acompañantes, intente entrar en un parque detrás de ellos, y aún no se como, en un segundo me vi en el suelo, con este a cero milímetros de mi frente, y con un dolor en la nariz que me hacia pensar que estaba partida.

Me incorpore, y puse mis manos para recibir el alubión de sangre que me esperaba, pero no aparecio nada. Mi sobrino y mi hijo, que tiraron la bici y corrieron a mi, me avisaron de que por la mejilla derecha tenia sangre, efectivamente me quite las gafas de sol, y según ellos vieron tenia una herida en vertical encima de la ceja, el mareo se apodero de mi, y acabe en la acera con las piernar para arriba sujetadas por mi sobrino y yo intentando cortar la hemorragia de mi frente.

Al instante, aparecio una compañera de ruta, de profesión enfermera, a la cual me dijo que tenia una herido de tres centrimetros y que teniamos que acudir al hospital, mi angustia aunmento a raudales, pensando que ella con una simple tirita y un poco de hielo subsanaria mi accidente, insistio en que la herida precisaba de puntos.

La suerte fue que el hospitas estaba a unos cien metros, entonces ni cortos ni perezosos, cuando me senti segura de mi estabilidad, alla que nos fuimos andando a urgencias, sorprendentemente la espera fue mínima, y el equipo de profesionales maravilloso, el cual inmediatamente me dieron cinco puntos, y un lingotazo de tranquilizante, el cual me hizo volverme rumbo al parque, donde mi niño se había quedado con los demas, llorando sin consuelo al verme en tal “embolao”.

Advertida por mi compañera enfermera, cuando llegue al grupo apareci, con un cacho aposito en la frente, y mas contenta que unas pascuas, para la tranquilidad de ni hijo, interiormente cabreada, por haberle fastidiado el día a los demás, volvi a coger mi bici, para surcar el camino de vuelta otros dieciséis km. y reencontrarme con el Chache que no sabia nada, mi hija y mi hermana, que estaban en Doña Mencia.

El reto ya os lo podeis imaginar, o no, un ojo morado, y chichón con cinco puntos en medio, y lo peor de todo, un monton de explicaciones a todos los que me veian, para responder a sus palabras que siempre eran las mismas: “ ¡que te ha pasado!”, bueno no siempre, jejejeje, unos no preguntaban, por prudente, otros timidamente, y los que tenian menos luces simplemente me decían: “ya te ah pegado tu marido”, a lo que yo contestaba muy naturalmente que si, jajajaja

Mi explicación era esta, aun no se como, ni porque me caí, yo opto por que la velocidad adherida a mi poca pericia con el vehículo de dos ruedas, me jugo una mala pasada, mi sobrino dice que no iba corriendo, o tal vez, la acera que descansaba junto al paso a ras del suelo para entrar al parque, se cruzo con la rueda trasera. En fin, solamente son cabalas sin una explicación exacta, lo único que se, y la experiencia que saco de esta aventura, es que ver el suelo tan de cerca, no es bueno, jajajaja

La explicación menos científica que yo saco de esto, es que, gracias a Dios, yo recibi el golpe, que nunca hubiera querido que le pasara a mi sobrino, por su cabazoneria y mi irresponsabilidad sobre la situación, o que simplemente la Morenita me castigo por no ir a verla?. Quien sabe.

En fin, la que he liado para solo deciros que me cai de la bici, y me dieron cinco puntos, pero si no lo explico así, no tenemos nada que leer, ¿verdad?. Eso si, las faltas se las corregis vosotros que yo no tengo tiempo. jjjjj

Bueno, pues cuando acabeis con esta, me decis si quereis saber la siguiente, que no tiene desperdicio.

Con Dios, y cuidado con los vehículos de dos ruedas.