Se encuentra a doce kilómetros de Alcalá la Real en dirección noroeste, y su población suma 305 habitantes. Un venero de agua potable, antes rodeado de grandes álamos, le da nombre a la aldea.

Fuente Alamo se agrupa en la pendiente de un pequeño cerro, que domina una amplia depresión en dirección a La Rábita. La ordenación de sus calles, tortuosas y adaptadas perfectamente a la orografía del terreno, se organiza a partir de la plaza y una calle principal, transversal a la vertiente de la loma.

Entre sus edificios señalaremos una pequeña y modesta ermita, que se remonta al siglo XVIII y tiene como imagen titular en el altar mayor a San Antonio, patrón de la aldea, y en los colaterales dos interesantes cuadros: uno la virgen de la Mercedes y otro dedicado a Nuestro Padre Jesús y la Verónica. Asimismo, conserva una inscripción que contiene el emblema de la cruz de las trinitarias, al parecer, procedente del antiguo convento de las Monjas Altas de Alcalá.

También en Fuente Alamo, en un lugar algo separado de la aldea, se localiza una atalaya musulmana, integrada en un cortijo que lleva, por esta razón el nombre de La Torre. Levantada a 670 mts de altitud, domina parte del cauce del arroyo Saladillo y la depresión que antes hemos mencionado. Al sur de la atalaya nos encontraremos las ruinas del prestigioso baño de los Ardales, muy conocido y visitado en otro tiempo, ya que sus aguas sulfurosas, de color azulado, poseen poderes curativos para enfermedades cutáneas y venéreas. En torno a este negocio de los baños se construyó una casa de hospedería, de la cual hoy, entre las ruinas, sólo se pueden reconocer parte de su alzado, columnas de piedra, la espadaña de su antigua capilla y las bañeras, de las que aún emana el agua. Su lamentable estado de conservación no nos impide reconstruir lo que debió ser este precioso lugar de descanso, reposo y curación de enfermedades.