Se habla de la política hidráulica porque es un tema candente. Unos piden agua para especular (que no para beber) y unos políticos de la derecha ultramontana azuzan el patriotismo como un arma rentable para obtener votos. Vergonzoso. Por eso a algunos interesados prefieren hablar de lo clara que está el agua para tapar lo oscuro de algunos negocios que precisan agua en abundancia.
Ni firmo.
Ni firmo.