Me da pena ver cómo está todo politizado en este país llamado Expaña. Todo son
Luchas entre comarcas, regiones y ciudades, y nunca se trata de buscar lo mejor
Para todos, sino perjudicar al vecino, sobre todo si gobierna en él nuestro enemigo político. Qué pena, de verdad. Los del sureste no queremos quitarle nada a nadie, sino continuar nuestro desarrollo hacia adelante, teniendo siempre en cuenta el principio de que el que no avanza, retrocede, pues aquí no cabe mantenerse en el mismo sitio. A se mejora, o se empeora, no hay términos medios. Los levantinos necesitamos agua, y por eso estamos dispuesto a pagarla, y bien cara, pero sin quitársela a nadie que la necesite más que nosotros, porque en ese caso nosotros repartiríamos la que poca que tenemos con ellos, y se la daríamos gratis. Sólo pretendemos que el agua esa del Ebro, que viene con las dos o tres crecidas extraordinarias, y que se pierde inunando tierras y pueblos a los que hace mucho daño, o que se pierde inúltimente en el mar, que ese agua se pueda conservar y ser útil en estas comarcas, en donde la desertización que comienza en Almería y sube para arriba nos acabe dejando esto hecho un desierto. Si ello ocurre, el siguiente desieerto será La Mancha y Castilla, ya que la desertización, de no existir arbolado abundante, continúa su marcha imparable hacia el norte. Que Dios nos coja confesados a todos. Un abrazo para los amigos y para los enemigos. Neniu, 1 de mayo de 2006.
Luchas entre comarcas, regiones y ciudades, y nunca se trata de buscar lo mejor
Para todos, sino perjudicar al vecino, sobre todo si gobierna en él nuestro enemigo político. Qué pena, de verdad. Los del sureste no queremos quitarle nada a nadie, sino continuar nuestro desarrollo hacia adelante, teniendo siempre en cuenta el principio de que el que no avanza, retrocede, pues aquí no cabe mantenerse en el mismo sitio. A se mejora, o se empeora, no hay términos medios. Los levantinos necesitamos agua, y por eso estamos dispuesto a pagarla, y bien cara, pero sin quitársela a nadie que la necesite más que nosotros, porque en ese caso nosotros repartiríamos la que poca que tenemos con ellos, y se la daríamos gratis. Sólo pretendemos que el agua esa del Ebro, que viene con las dos o tres crecidas extraordinarias, y que se pierde inunando tierras y pueblos a los que hace mucho daño, o que se pierde inúltimente en el mar, que ese agua se pueda conservar y ser útil en estas comarcas, en donde la desertización que comienza en Almería y sube para arriba nos acabe dejando esto hecho un desierto. Si ello ocurre, el siguiente desieerto será La Mancha y Castilla, ya que la desertización, de no existir arbolado abundante, continúa su marcha imparable hacia el norte. Que Dios nos coja confesados a todos. Un abrazo para los amigos y para los enemigos. Neniu, 1 de mayo de 2006.