Nunca podré entender que determinados colectivos de trabajadores se jubilen a edades muy tempranas y que en el de maestros se den casos extremos de jubilaciones a los setenta años cuando estas personas están mermadas. No me parecería mal si gozaran de las más elementales exigencias para el cargo pero no está bien que, como en mi caso, se tenga que padecer el declive de maestros ancianos, de los que obvio su nombre, cargados de humanidad pero que estaban faltos de facultades y recursos a causa de la edad.