Para conocer la Prehistoria e
Historia Antigua de
Hinojares hay que referirse a Los Castellones de
Ceal , uno de los más importantes asentamientos ibéricos, localizado en sus inmediaciones. El origen de este asentamiento está en el control de la ruta comercial que desde levante introducía los productos manufacturados griegos en el
Valle del Guadalquivir. Está situado en un espolón con una meseta de forma circular, por donde son abundantes los restos de
murallas y construcciones de viviendas. El estudio de la fase ibérica de la necrópolis con ricos ajuares en los que aparecen armas y
cerámica griega señalan la presencia en este poblado de poderosos personajes aristocráticos. La primera fase de ocupación de este asentamiento fue a finales del siglo VII o VI a C., posteriormente se abandonó hasta que se construyó el poblado ibérico en el siglo IV a. C., que perduró hasta la etapa
romana republicana.
El origen de la actual población de Hinojares es incierta, pues no se le cita en los documentos
medievales de la conquista de la
Sierra de
Quesada-Cazorla, aunque el territorio en el que se enclava perteneció tras la conquista a Quesada. Sin embargo, en su término municipal hay aldeas y cortijos cuyos nombres sí aparecen en las crónicas de la conquista castellana. En este periodo se produjo un traslado de la población de la
montaña al valle. Uno de estos ejemplos es
Cuenca, que fue convertida en aldea de Quesada en 1257. Estaba en la cima de un promontorio, defendida en parte por lo agreste del cerro y por una
muralla con, al menos, cuatro
torres. Disposición parecida tenía Chillar, que en 1245 era todavía un
castillo y en 1257 fue entregada como aldea a Quesada.
Hinojares debió de ser una alquería o una nueva fundación en el valle tras la conquista castellana de estas tierras. Hasta 1648 dependió de Quesada, pasando entonces a ser aldea de
Pozo Alcón.
En 1690 consiguió el título de villa y con ello la independiente de Pozo Alcón. Este título fue parejo a su concesión en señorío temporal a don Íñigo Rodulfo Fernández de Angulo y Sandoval, del hábito de Santiago, quien solicitó al monarca se le concediese la denominación de Hinojares. Este señorío pasó posteriormente a la
casa nobiliaria del conde de Arenales, quien solicitó al rey, que el título de Hinojares, quedase para los primogénitos de su casa. A finales del siglo XVIII el marqués de Guadalcázar e Hinojares, era señor honorario de la villa de Hinojares.
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jaen/municipios.htm
El origen de la actual población de Hinojares es difícil de definir pues no se le cita en los documentos medievales de la conquista de la Sierra de Quesada-Cazorla, aunque el territorio en el que se enclava perteneció tras la conquista a esta zona. No obstante, en su término municipal hay aldeas y cortijos cuyos nombres sí aparecen en las crónicas de la conquista castellana. En este periodo se produjo un traslado de la población de la montaña al valle. Uno de estos ejemplos es Cuenca, que fue convertida en aldea de Quesada en 1257. Estaba en la cima de un promontorio, defendida en parte por lo agreste del cerro y por una muralla con, al menos, cuatro torres. Disposición parecida tenía Chillar, que en 1245 era todavía un castillo y en 1257 fue entregada como aldea a Quesada. Hinojares debió de ser una alquería o una nueva fundación en el valle tras la conquista castellana de estas tierras. Hasta 1648 dependió de Quesada, pasando entonces a ser aldea de Pozo Alcón. En 1690 consiguió el título de villa y con ello la independiente de Pozo Alcón. Este título fue parejo a su concesión en señorío temporal a don Íñigo Rodulfo Fernández de Angulo y Sandoval, del hábito de Santiago, quien solicitó al monarca se le concediese la denominación de Hinojares. Este señorío pasó posteriormente a la casa nobiliaria del conde de Arenales, quien solicitó al rey, que el título de Hinojares, quedase para los primogénitos de su casa. A finales del siglo XVIII el marqués de Guadalcázar e Hinojares, era señor honorario de la villa de Hinojares.