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Hola forero; Ya es hora de que entre en el foro a saludar, y me alegra que siga vivo, aunque a relentí.
Hay una anecdota que contaba mi madre de el padre de María Ascensión. Cierto día de verano, mi madre y mi abuela volvían de la huerta del haza de la baca, que está frente a Hornos y detrás de la Compañía, se pararon a descansar en la esquina de la casa de Gauna, donde estaba Antonia. Comenzaron de conversación y mi abuela le dijo que se iban, que tenía que hacer la cena. Antonia dijo: Josefa, yo estoy aburrida con la comida, no se que voy hacer, para ver a mi Kico arto de comer, por la mañana hago una sartén de gachamiga, me como unas cuantas cucharadas y no como más por ver a mi Kico arto de comer, se come toda la sartén y repela asta la última migaja en la barja de merienda, le echo un perol lleno de patatas en ajillo, o con tomate, o calabaza frita, de postre le echo higos secos una granada pan de higo y un pan de kilo. Cuando llega por la noche, no trae en la barja na, todo se lo ha comido y cuando viene por el rio por la tarde, empieza a darme voces diciendo; Mama pon la mesa que tengo mucha hambre. Ea Josefa, que estoy aburrida con este zagal. Nada mas terminar de decir Antonia zagal, Kico desde el río comezó a decir; Mama, pon la mesa que tengo mucha hambre. Antonia decía a mi abuela; No te decía Josefa, miraló como viene. Mi abuela y mi madre se rieron mucho con esta anécdota del Hambre de Kico.
Saludos para todos y para Kico y Ascensión.
Hay una anecdota que contaba mi madre de el padre de María Ascensión. Cierto día de verano, mi madre y mi abuela volvían de la huerta del haza de la baca, que está frente a Hornos y detrás de la Compañía, se pararon a descansar en la esquina de la casa de Gauna, donde estaba Antonia. Comenzaron de conversación y mi abuela le dijo que se iban, que tenía que hacer la cena. Antonia dijo: Josefa, yo estoy aburrida con la comida, no se que voy hacer, para ver a mi Kico arto de comer, por la mañana hago una sartén de gachamiga, me como unas cuantas cucharadas y no como más por ver a mi Kico arto de comer, se come toda la sartén y repela asta la última migaja en la barja de merienda, le echo un perol lleno de patatas en ajillo, o con tomate, o calabaza frita, de postre le echo higos secos una granada pan de higo y un pan de kilo. Cuando llega por la noche, no trae en la barja na, todo se lo ha comido y cuando viene por el rio por la tarde, empieza a darme voces diciendo; Mama pon la mesa que tengo mucha hambre. Ea Josefa, que estoy aburrida con este zagal. Nada mas terminar de decir Antonia zagal, Kico desde el río comezó a decir; Mama, pon la mesa que tengo mucha hambre. Antonia decía a mi abuela; No te decía Josefa, miraló como viene. Mi abuela y mi madre se rieron mucho con esta anécdota del Hambre de Kico.
Saludos para todos y para Kico y Ascensión.