Referirse a la Prehistoria de
Huelma es hacerlo a una de las
esculturas que más fama han alcanzado en los últimos tiempos, la extraordinaria cabeza de lobo, cuya imagen ha recorrido Europa como
cartel de la
exposición "Los iberos. Príncipes de Occidente".
La cabeza de lobo forma parte de uno de los centros más importantes de la cultura ibérica, el
Santuario Heroico del Cerro del Pajarillo (s IV a C). Este santuario era la
puerta de entrada de un territorio controlado por un aristócrata ibero en el
valle del
río Jandulilla, y cuya sede central debería ubicarse en el gran asentamiento de Úbeda la Vieja. El Santuario estaba presidido por una
torre central con un grupo de esculturas que representan una escena de tipo heroico, en la que un individuo (un héroe) se enfrenta a un lobo que parece haber raptado a otro individuo que se encuentra desnudo e inerte. A la torre se accedía por un complejo sistema de
escaleras. El
monumento se completaba con las figuras de dos grifos y dos leones echados. Delante aparece una superficie cuidada donde se realizaron actividades de tipo ritual, mediante ofrendas (tras su excavación el yacimiento fue enterrado, sus esculturas se conservan en el
Museo Provincial).
Tras la destrucción del Pajarillo el área aparece abandonada hasta finales del siglo III d C en que se colonizan estas tierras mediante pequeñas explotaciones agropecuarias.
Durante la dominación islámica y, sobre todo, entre la segunda mitad del siglo XIII y mediados del XV, Huelma fue
plaza fronteriza y avanzadilla para el reino Nazarí de
Granada en tierras de
Jaén. Durante estos dos siglos participó activamente en la guerra de frontera. Pasó con frecuencia de manos nazaríes a castellanas y Vicheversa hasta que, en 1438, la rindió don Íñigo López de Mendoza, señor de Hita y de Buitrago, capitán mayor que era de la frontera y primer marqués de Santillana. A éste se le nombró alcaide perpetuo a despecho del concejo de Baeza que esgrimía su derecho en virtud de la concesión otorgada por Fernando III el
Santo en 1242 para "cuando se ganare este
castillo". No obstante, en 1465, el marqués de Santillana cedía sus privilegios sobre Huelma a su yerno, don Beltrán de la
Cueva, y este, a su vez, a su padre, don Diego.
Don Beltrán de la Cueva, favorito de Enrique IV, trató de construirse en
Sierra Mágina un señorío. El castillo que preside la población se construyó en este momento. De esta manera la villa pasó a ser uno de los centro desde los que los partidarios del rey Enrique IV y aliados del condestable Iranzo combatieron a la nobleza levantisca.
Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos esta villa de señorío entró en un periodo de estabilidad política que combinado con la empresa de roturación de tierras y repoblación propició una etapa de expansión económica y con ella la consolidación de la población. Huelma comenzó a revestirse de todo lo que caracteriza a una villa de cierta importancia. En 1530 comenzaba la construcción del templo parroquial, uno de los más monumentales del quinientos en la provincia.
A finales del XVII, pese a las crisis y epidemias típicas de este periodo, el número de vecinos ascendía a 561. El crecimiento económico continuó en el XVIII y se mantuvo en la siguiente centuria que alcanzó los 3.000 habitantes. Durante la invasión francesa el castillo fue ocupado por el general Sebastiani, que le prendió fuego antes de abandonarlo. Tras este episodio la villa entra en un periodo de estabilidad, caracterizada por la
agricultura, que se completará con cierta riqueza mineral en lápiz plomo. A mediados del siglo XX , con 8.858 habitantes, iniciaba una etapa de declive , al igual que el resto de la región. En los últimos tiempos Huelma se ha caracterizado por ser uno de los
pueblos serranos más potentes de la provincia.
Huelma fue declarado Conjunto Histórico-
Artístico en 1971.
Como villa perteneciente al señorío de los duques de Alburquerque con el título de condes de Huelma, la documentación referente a esta localidad en relación con los duques está actualmente en la Fundación Archivo Histórico de la
Casa Ducal de Alburquerque, situada en el Castillo de Cuéllar (Torre del
Homenaje), 40200, Cuéllar (
Segovia). Si quereis más
información sobre estos fondos documentales podeis llamar al 921 14 25 22 o entrar en la página www.aytocuellar.es
http://galeon.hispavista.com/jaen
La Prehistoria de Huelma está ligada a una de las esculturas que más fama han alcanzado en los últimos tiempos, la extraordinaria cabeza de lobo, cuya imagen ha recorrido Europa como cartel de la exposición Los iberos. Príncipes de Occidente. La cabeza de lobo forma parte de uno de los centros más importantes de la cultura ibérica, el Santuario Heroico del Cerro del Pajarillo (s IV a C). Este santuario era la puerta de entrada de un territorio controlado por un aristócrata ibero en el valle del río Jandulilla, y cuya sede central debería ubicarse en el gran asentamiento de Úbeda la Vieja. El Santuario estaba presidido por una torre central con un grupo de esculturas que representan una escena de tipo heroico, en la que un individuo (un héroe) se enfrenta a un lobo que parece haber raptado a otro individuo que se encuentra desnudo e inerte. A la torre se accedía por un complejo sistema de escaleras. El monumento se completaba con las figuras de dos grifos y dos leones echados. Delante aparece una superficie cuidada donde se realizaron actividades de tipo ritual, mediante ofrendas (tras su excavación el yacimiento fue enterrado, sus esculturas se conservan en el Museo Provincial). Tras la destrucción del Pajarillo el área aparece abandonada hasta finales del siglo III d C en que se colonizan estas tierras mediante pequeñas explotaciones agropecuarias. Durante la dominación islámica y, sobre todo, entre la segunda mitad del siglo XIII y mediados del XV, Huelma fue plaza fronteriza y avanzadilla para el reino Nazarí de Granada en tierras de Jaén. Durante estos dos siglos participó activamente en la guerra de frontera. Pasó con frecuencia de manos nazaríes a castellanas y Vicheversa hasta que, en 1438, la rindió don Íñigo López de Mendoza, señor de Hita y de Buitrago, capitán mayor que era de la frontera y primer marqués de Santillana. A éste se le nombró alcaide perpetuo a despecho del concejo de Baeza que esgrimía su derecho en virtud de la concesión otorgada por Fernando III el Santo en 1242 para cuando se ganare este castillo. No obstante, en 1465, el marqués de Santillana cedía sus privilegios sobre Huelma a su yerno, don Beltrán de la Cueva, y este, a su vez, a su padre, don Diego. Don Beltrán de la Cueva, favorito de Enrique IV, trató de construirse en Sierra Mágina un señorío. El castillo que preside la población se construyó en este momento. De esta manera la villa pasó a ser uno de los centro desde los que los partidarios del rey Enrique IV y aliados del condestable Iranzo combatieron a la nobleza levantisca. Tras la conquista de Granada por los Reyes Católicos esta villa de señorío entró en un periodo de estabilidad política que combinado con la empresa de roturación de tierras y repoblación propició una etapa de expansión económica y con ella la consolidación de la población. Huelma comenzó a revestirse de todo lo que caracteriza a una villa de cierta importancia. En 1530 comenzaba la construcción del templo parroquial, uno de los más monumentales del quinientos en la provincia. A finales del XVII, pese a las crisis y epidemias típicas de este periodo, el número de vecinos ascendía a 561. El crecimiento económico continuó en el XVIII y se mantuvo en la siguiente centuria que alcanzó los 3.000 habitantes. Durante la invasión francesa el castillo fue ocupado por el general Sebastiani, que le prendió fuego antes de abandonarlo. Tras este episodio la villa entra en un periodo de estabilidad, caracterizada por la agricultura, que se completará con cierta riqueza mineral en lápiz plomo. A mediados del siglo XX , con 8.858 habitantes, iniciaba una etapa de declive , al igual que el resto de la región. En los últimos tiempos Huelma se ha caracterizado por ser uno de los pueblos serranos más potentes de la provincia. Huelma fue declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1971. Como villa perteneciente al señorío de los duques de Alburquerque con el título de condes de Huelma, la documentación referente a esta localidad en relación con los duques está actualmente en la Fundación Archivo Histórico de la Casa Ducal de Alburquerque, situada en el Castillo de Cuéllar (Torre del Homenaje), 40200, Cuéllar (Segovia