Desde las fases más antiguas de la Prehistoria y la
Historia Antigua está atestiguada la presencia de asentamientos humanos en el término de
Huesa, propiciados por el aprovechamiento de los recursos de la vega fluvial del Guadiana Menor.
En la etapa ibérica este territorio jugó un importante papel al convertirse en uno de los lugares de paso del tránsito de mercancías entre las altiplanicies granadinas con el Alto Guadalquivir, particularmente de
cerámica griega. Debió ser un territorio con un activo poblamiento como testimonia la existencia en el límite de su término municipal con el de
Hinojares de uno de los más importantes oppidum ibéricos, el de Castellones de
Ceal.
En la etapa
romana se produjo una transformación de su
paisaje agrario con la proliferación de explotaciones agropecuarias, villae, uno de ésta es la del
olivar de Brazo Fuerte, al este de la localidad.
Durante la época islámica Huesa estuvo muy unida a
Tíscar y Belerda. Según el historiador árabe Ibn Hayyan las tres fueron atacadas y destruidas en el siglo IX por las tropas del emir ´Abd Allah. Pero poco después vuelven a repoblarse y siglos después serían los últimos enclaves en manos musulmanas de la
sierra.
Tras la conquista en 1231 por el obispo Ximénez de Rada de
Quesada y
Cazorla, los núcleos de Huesa, Tíscar y Belerda, se mantuvieron independientes bajo la dirección de Mohammed Handon. En 1275, aún sin conquistar, Alfonso X las cedió a Úbeda, quedando como un islote de realengo dentro del Adelantamiento. Esta situación se solventó cuando Alfonso XI entregó Quesada al Concejo de Úbeda en 1331.
En 1436 fue conquistada por don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, reconquistada después por los moros, fue liberada por don Francisco de la
Cueva en 1455, concediéndole Enrique IV el título de Condado.
Durante la ocupación islámica el emplazamiento de Huesa se situaba al pie de un impresionante farallón entre los 800 y los 900 m de altura, protegido por
murallas. Tras la conquista definitiva de
Granada, el núcleo de Huesa entró en una etapa de consolidación, trasladándose su población a la llanura próxima, su actual emplazamiento.
El siglo XVI fue una etapa de prosperidad económica, pero al igual que el resto de la provincia este periodo expansivo se vio truncado en el siglo XVII, por crisis de carestías y epidemias. En el XVIII se inició el periodo de recuperación de la población, en ese momento Huesa estaba dentro del marco jurisdiccional de Quesada, a la que perteneció hasta 1848 en que pasó a Cazorla.
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jaen/municipios.htm
Desde las fases más antiguas de la Prehistoria y la Historia Antigua está atestiguada la presencia de asentamientos humanos en el término de Huesa, propiciados por el aprovechamiento de los recursos de la vega fluvial del Guadiana Menor. En la etapa ibérica este territorio jugó un importante papel al convertirse en uno de los lugares de paso del tránsito de mercancías entre las altiplanicies granadinas con el Alto Guadalquivir, particularmente de cerámica griega. Debió ser un territorio con un activo poblamiento como testimonia la existencia en el límite de su término municipal con el de Hinojares de uno de los más importantes oppidum ibéricos, el de Castellones de Ceal. En la etapa romana se produjo una transformación de su paisaje agrario con la proliferación de explotaciones agropecuarias, villae, uno de ésta es la del olivar de Brazo Fuerte, al este de la localidad. Durante la época islámica Huesa estuvo muy unida a Tíscar y Belerda. Según el historiador árabe Ibn Hayyan las tres fueron atacadas y destruidas en el siglo IX por las tropas del emir ´Abd Allah. Pero poco después vuelven a repoblarse y siglos después serían los últimos enclaves en manos musulmanas de la sierra. Tras la conquista en 1231 por el obispo Ximénez de Rada de Quesada y Cazorla, los núcleos de Huesa, Tíscar y Belerda, se mantuvieron independientes bajo la dirección de Mohammed Handon. En 1275, aún sin conquistar, Alfonso X las cedió a Úbeda, quedando como un islote de realengo dentro del Adelantamiento. Esta situación se solventó cuando Alfonso XI entregó Quesada al Concejo de Úbeda en 1331. En 1436 fue conquistada por don Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, reconquistada después por los moros, fue liberada por don Francisco de la Cueva en 1455, concediéndole Enrique IV el título de Condado. Durante la ocupación islámica el emplazamiento de Huesa se situaba al pie de un impresionante farallón entre los 800 y los 900 m de altura, protegido por murallas. Tras la conquista definitiva de Granada, el núcleo de Huesa entró en una etapa de consolidación, trasladándose su población a la llanura próxima, su actual emplazamiento. El siglo XVI fue una etapa de prosperidad económica, pero al igual que el resto de la provincia este periodo expansivo se vio truncado en el siglo XVII, por crisis de carestías y epidemias. En el XVIII se inició el periodo de recuperación de la población, en ese momento Huesa estaba dentro del marco jurisdiccional de Quesada, a la que perteneció hasta 1848 en que pasó a Cazorla.