Tú ándate con cuidado, Martinico, que nunca se sabe, que de estos moralizantes fascistoides no hay que fiarse. Todo lo que no sea ajustarse a su norma es malo. Benditos los que no nos ajustamos a su norma y nos permitimos pensar por nosotros mismos, huyendo del pensamiento único.
Hoy aprueban la ley de educación del ministro provocador, digo la aprueban y no se aprueba, porque la aprueban ellos solitos, ellos se la guisan y la hacen
comer a todos. Tienen la desfachatez de contradecir a todo el
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