A mí sólo me ha faltado la carroza de oro para hacerme a la idea de que estaba en un cuento de hadas. Qué guapos! Cuánto cariño! Es que se me saltaban las lágrimas de la emoción. Mientras se gasta un pastón en semejante evento entre banderitas, flores, seguridad y demás, hay muchísimas familias a las que les habría venido muy bien ese dinero, pero para qué, que no hubieran nacido pobres... que se jodan, como decía la hijita del Fabra.
Aguilachic@, no es que rajara es que no me dejaron llegar al ... (ver texto completo)
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