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Estupendo, el debate está abierto, El foro cumple su función. Al igual que los foros romanos o las ágoras griegas estos mecanismos que la ciencia pone en nuestras manos puede desempeñar un papel fundamental en el intercambio de ideas.
Es curioso que varios milenios después y una vez que los templos del debate se creían desaparecidos o, cuando menos, residuales en determinados centros de difícil acceso y dudoso propósito, hete aquí que renace en todo su esplendor el término "foro" (particularmente me gusta más la expresión de raíz latina que la inglesa de "chat") con lo que en sí mismo comporta.
Nuestro intercambio de ideas a través de éste, aunque de forma diferida, demuestra fehacientemente la bondad del sistema y la diversidad de su aplicación y uso.
Dicho esto, me ha emocionado, Martinico, tu sinceridad. La cultura no es un problema de conocimientos básicos ó superiores, es una cuestión de actitud ante la vida, de apertura de mente y predisposición ante lo que se nos presenta en el día a día. En ese punto admiro tu actitud positiva.
La génesis de mi primera argumentación (la de los porcentajes) no iba exclusivamente en el sentido político, que también cabe. Va también en el aspecto de aglutinamiento de una mayoría que, independientemente del signo que se de, permite que sea tomada como punto de partida para definir qué modelo de pueblo, qué modelo de sociedad se quiere.
¿Cómo se canaliza esa corriente y quién la debe capitanear es otra cuestión? Pero es evidente que hay una corriente mayoritaria y que los poderes políticos nunca van encauzarla porque choca frontalmente con el espíritu perverso que los caracteriza: ¡No encauzamiento! ¡Instrumentalización!.
Instrumentalización para neutralizarla porque puede ser peligrosa y atenta contra sus intereses, sea cual sea el sentido de su ideología. La ideología en política no existe, es un contrasentido en un sector absolutamente depravado, mercantilizado y corrupto. como puede apreciarse cada día a través de los medios de comunicación.
Por tanto en el "foro", en el debate debe residir la esencia ideológica, la que debe definir el modelo en el que pretendemos desarrollarnos y la que debe denunciar el abuso que se practica contra los desfavorecidos, contra los más débiles del sistema.
No tiene que ser necesariamente un debate de alto nivel ideológico o cultural, quizá más de tipo conceptual, del día a día, de la anécdota si se quiere.
Esta es una labor que nos compete a los que participamos, residentes en el pueblo o fuera de él, visitantes esporádicos o habituales. En eso estoy con vosotros a muerte, se trate de quién se trate.
Es curioso que varios milenios después y una vez que los templos del debate se creían desaparecidos o, cuando menos, residuales en determinados centros de difícil acceso y dudoso propósito, hete aquí que renace en todo su esplendor el término "foro" (particularmente me gusta más la expresión de raíz latina que la inglesa de "chat") con lo que en sí mismo comporta.
Nuestro intercambio de ideas a través de éste, aunque de forma diferida, demuestra fehacientemente la bondad del sistema y la diversidad de su aplicación y uso.
Dicho esto, me ha emocionado, Martinico, tu sinceridad. La cultura no es un problema de conocimientos básicos ó superiores, es una cuestión de actitud ante la vida, de apertura de mente y predisposición ante lo que se nos presenta en el día a día. En ese punto admiro tu actitud positiva.
La génesis de mi primera argumentación (la de los porcentajes) no iba exclusivamente en el sentido político, que también cabe. Va también en el aspecto de aglutinamiento de una mayoría que, independientemente del signo que se de, permite que sea tomada como punto de partida para definir qué modelo de pueblo, qué modelo de sociedad se quiere.
¿Cómo se canaliza esa corriente y quién la debe capitanear es otra cuestión? Pero es evidente que hay una corriente mayoritaria y que los poderes políticos nunca van encauzarla porque choca frontalmente con el espíritu perverso que los caracteriza: ¡No encauzamiento! ¡Instrumentalización!.
Instrumentalización para neutralizarla porque puede ser peligrosa y atenta contra sus intereses, sea cual sea el sentido de su ideología. La ideología en política no existe, es un contrasentido en un sector absolutamente depravado, mercantilizado y corrupto. como puede apreciarse cada día a través de los medios de comunicación.
Por tanto en el "foro", en el debate debe residir la esencia ideológica, la que debe definir el modelo en el que pretendemos desarrollarnos y la que debe denunciar el abuso que se practica contra los desfavorecidos, contra los más débiles del sistema.
No tiene que ser necesariamente un debate de alto nivel ideológico o cultural, quizá más de tipo conceptual, del día a día, de la anécdota si se quiere.
Esta es una labor que nos compete a los que participamos, residentes en el pueblo o fuera de él, visitantes esporádicos o habituales. En eso estoy con vosotros a muerte, se trate de quién se trate.