Iglesias -25% €/kWh
Buenas y fresquitas noches. Hace un momento que acabo de llegar de la calle y el termómetro marcaba poco más de 4º. Como aquí no estamos acostumbrados a este frío la gente va como una bala.
Martinico, digo yo que cómo bajabais los jarpiles llenos de tomillo de aquellas lanchas, porque debían de pesar lo suyo y supongo que no llevaríais ningún borrico para cargarlos.
Los jarpiles me traen a la memoria los veranos, cuando, después de recoger el grano, los guadianeros traían la paja para las bestias. Toda la calle se llenaba de paja y los pocos vecinos que quedábamos en la calle porque no teníamos cortijo en Guadiana teníamos que barrer la calle si no queríamos estar comiendo paja todo el verano. No hubiera estado nada mal que en compensación nos hubieran traído algún costal de trigo, pero de eso nada.
Irse al río en verano era el turismo de aquellos tiempos, aunque iban a trabajar más que los que nos quedábamos. Eso daba cierto estatus porque suponía que tenían alguna parcelica de tierra y algún cortijo donde meterse.
Los niños en edad escolar empezaban el curso casi para los Santos, que era cuando volvían los guadianeros al pueblo y lo acababan al final de la primavera, que se volvían a ir. Entonces la enseñanza no era obligatoria y en cuanto podían hacer algo los niños, pues se quitaban de la escuela, como se decía. Recuerdo que la maestra decía "Parece que venís del Rif" de lo asalvajados que estaban los pobres.
Parece que estamos en recha de recuerdos.
Besitos.
Martinico, digo yo que cómo bajabais los jarpiles llenos de tomillo de aquellas lanchas, porque debían de pesar lo suyo y supongo que no llevaríais ningún borrico para cargarlos.
Los jarpiles me traen a la memoria los veranos, cuando, después de recoger el grano, los guadianeros traían la paja para las bestias. Toda la calle se llenaba de paja y los pocos vecinos que quedábamos en la calle porque no teníamos cortijo en Guadiana teníamos que barrer la calle si no queríamos estar comiendo paja todo el verano. No hubiera estado nada mal que en compensación nos hubieran traído algún costal de trigo, pero de eso nada.
Irse al río en verano era el turismo de aquellos tiempos, aunque iban a trabajar más que los que nos quedábamos. Eso daba cierto estatus porque suponía que tenían alguna parcelica de tierra y algún cortijo donde meterse.
Los niños en edad escolar empezaban el curso casi para los Santos, que era cuando volvían los guadianeros al pueblo y lo acababan al final de la primavera, que se volvían a ir. Entonces la enseñanza no era obligatoria y en cuanto podían hacer algo los niños, pues se quitaban de la escuela, como se decía. Recuerdo que la maestra decía "Parece que venís del Rif" de lo asalvajados que estaban los pobres.
Parece que estamos en recha de recuerdos.
Besitos.