Efectivamente, una sola palabra nos puede cambiar la vida. Ser una buena noticia o ser una mala, a veces depende de una sola palabra.
Martinico, me alegro de que todo haya salido bien y de que te hayas quitado ese peso de encima.
Martinico, me alegro de que todo haya salido bien y de que te hayas quitado ese peso de encima.