Yo he recorrido todas las modalidades menos el botellón. Ahí he llegado demasiado tarde. Mi salud ya no lo aguantaría.
Cuando era cría me pasaba como a Cigarrito, que me intentaba colar en los bailes de las mocicas y mocicos, pero no me dejaban y en cuanto me veían iba a la calle. Aquellos bailes de pasodobles (palante y patrás) con acordeón, por supuesto y con carabina.
Luego cogí la época de los guateques en casas particulares, generalmente de algún amigo, aprovechando la ausencia de los padres del susodicho. Aquello era el no va más, estábamos solos, sin testigos, pero teníamos más miedo que siete viejas, y un miedo especial al qué dirán. No queríamos quedar como unas frescas. Menudos tiempos de represión y de hipocresía.
Cogí de pleno la época de las discotecas. La de fines de semana que hemos echado de discoteca. He bailado muchísimo en las disco. Me siguen gustando, pero ya no voy a no ser que me vaya de cena especial y luego se acabe en la disco, pero preferimos el karaoke. Ya no aguanto el ruido.
Como veréis, he sido bastante bailona. Todavía se me van los pies cuando oigo música.
Ah, el fin de semana que viene me voy a pasarlo a Toledo. Si os animáis, voy de viernes a domingo.
De la guerra ya hablaremos.
Cuando era cría me pasaba como a Cigarrito, que me intentaba colar en los bailes de las mocicas y mocicos, pero no me dejaban y en cuanto me veían iba a la calle. Aquellos bailes de pasodobles (palante y patrás) con acordeón, por supuesto y con carabina.
Luego cogí la época de los guateques en casas particulares, generalmente de algún amigo, aprovechando la ausencia de los padres del susodicho. Aquello era el no va más, estábamos solos, sin testigos, pero teníamos más miedo que siete viejas, y un miedo especial al qué dirán. No queríamos quedar como unas frescas. Menudos tiempos de represión y de hipocresía.
Cogí de pleno la época de las discotecas. La de fines de semana que hemos echado de discoteca. He bailado muchísimo en las disco. Me siguen gustando, pero ya no voy a no ser que me vaya de cena especial y luego se acabe en la disco, pero preferimos el karaoke. Ya no aguanto el ruido.
Como veréis, he sido bastante bailona. Todavía se me van los pies cuando oigo música.
Ah, el fin de semana que viene me voy a pasarlo a Toledo. Si os animáis, voy de viernes a domingo.
De la guerra ya hablaremos.