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HUESA: ¿Y si la olla era de barro, eh? Podía romperse. Que...

Martinico, lo tuyo con los manjares prohibidos es preocupante. Pero es que no piensas en otra cosa? Ay señor, Aguilachic@, que le vamos a tener que hacer ya los picatostes y los papajotes para que nos deje en paz y duerma ya tranquilo.

La barja, Martinico, me acuerdo que estaba hecha de pleita y de esparto curado y sin machacar. En mi casa yo no la he visto pero sí la he visto en otras casas. También se podía llevar la comida, metida en la "cimbrera" porque entonces en Huesa no había fiambreras, en las alforjas o en las talegas, que se diferenciaban en que las alforjas tenían dos compartimentos y las talegas uno solo que se ataba con una cinta blanca. Alforjas y talegas eran muy corrientes en las casas. La talega era como hoy la bolsa de plástico, que servía para todo.
¿Qué os parece la lección de utensilios antiguos?

Aguilachic@, si quieres que nos vayamos en el ave, lo que podemos hacer es juntarnos en Madrid y coger el ave hasta Toledo. A Madrid que cada uno llegue como pueda. Hay que dar un buen rodeo, pero si a ti te hace ilusión el ave, pues en ave, que aquí estamos para hacernos la vida agradable. Que uno quiere ave, pues ave, que quiere papajotes, pues papajotes. Yo como soy tan complaciente me conformo con hacer lo que me pedís, amable que es una.

joeee Encarna, esta noche estás que lo tiras! jajajajaja. Que amable, estás por dar gusto y lo demás son cuentos...
2ª lección: Yo sí que he conocido la barja metías la olla atá con una pita y cuando la ibas a sacar para comer, primero: te clavabas los espartos entre las uñas u la carne, segundo tenías que mojar sopas dentro de la barja porque como la tapadera de la olla solo iba sujeta con la pita de asa a asa pues se había salido el aceite o la salsa y se había "pringao to" y si eran unas alforjas no te digo ná el manchorrón que se liaba... jajajajajajaajaja (recuerdos que perduran)

¿Y si la olla era de barro, eh? Podía romperse. Que entonces era bastante corriente hacer los potajes y los cocidos en ollas de barro, que se arrimaban a la lumbre y para que no se volcaran se sujetaban con un "morillo". Más de una vez se ha roto el puchero al atizar la lumbre con las tenazas.

Es verdad, Aguilachic@, es que soy muy amable, es que no se pué aguantar.