Holaaaaaaaa!
Ya estoy aquí. Qué pena dejarse
Asturias tan fresquita para meterse otra vez en el
horno. Por la
noche no se podía salir sin una rebequita.
Bueno, hay que adaptarse a la realidad. Allí también entristece ver el
cielo nublado. Cada uno tiene lo suyo.
Besitos