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HUESA: Pues claro que en la tienda de Ramón López se vendía...

Pues claro que en la tienda de Ramón López se vendía el chocolate. Se vendía de todo. Pero el chocolate lo comprábamos por onzas, que no había para comprar una pastilla entera. Me alegro de que el chocolate sea cardiosaludable, que por una vez lo que nos gusta sea bueno para la salud. A mí el que más me gusta es el chocolate negro, sin leche, ése que amarga un poco.

La pastelería era la de Bautista, que hacía unos pasteles muy buenos y artesanales. Entonces no había conservantes ni puñetas.

¿Vas a ir a las fiestas del pueblo, Martinico?