Bueno, pues nada, ya está todo claro con respecto a las relaciones familiares. Probablemente, Martinico, tu padre sólo pensaba en mi familia por parte de padre.
Pues sí, hoy hemos tenido el desagradable honor de que el ex molt honorable haya venido a la Universidad a leer su tesis doctoral. La universidad ha quedado como..., vamos a dejar los calificativos porque ellos solos se califican.
¡Qué escándalo! los corruptos en la universidad y los jueces inhabilitados por intentar investigar sus corrupciones. Esto es el mundo al revés.
¿Qué os parece el Gallardón? ¡Qué cara pone cuando nos amenaza con sus contrarreformas! A mí me recuerda el rostro impasible de los nazis.
Ya mismo están reivindicando la pena de muerte, no me extrañaría nada. Estarán contentos todos los meapilas del reino, ésos que confesaban a los que iban a fusilar sin el menor remordimiento son los que tanto luchan contra la ley del aborto.
No creo que a ninguna mujer le guste abortar, pero es una solución que está ahí. Ahora volvemos a los tiempos en los que quien tenía dinero se iba a Londres o a Amsterdam a abortar y las que no tenían se exponían a morir de una hemorragia en manos de cualquier curandera.
Nos quedan muchas cosas por ver.
Pues sí, hoy hemos tenido el desagradable honor de que el ex molt honorable haya venido a la Universidad a leer su tesis doctoral. La universidad ha quedado como..., vamos a dejar los calificativos porque ellos solos se califican.
¡Qué escándalo! los corruptos en la universidad y los jueces inhabilitados por intentar investigar sus corrupciones. Esto es el mundo al revés.
¿Qué os parece el Gallardón? ¡Qué cara pone cuando nos amenaza con sus contrarreformas! A mí me recuerda el rostro impasible de los nazis.
Ya mismo están reivindicando la pena de muerte, no me extrañaría nada. Estarán contentos todos los meapilas del reino, ésos que confesaban a los que iban a fusilar sin el menor remordimiento son los que tanto luchan contra la ley del aborto.
No creo que a ninguna mujer le guste abortar, pero es una solución que está ahí. Ahora volvemos a los tiempos en los que quien tenía dinero se iba a Londres o a Amsterdam a abortar y las que no tenían se exponían a morir de una hemorragia en manos de cualquier curandera.
Nos quedan muchas cosas por ver.