Y yo lo primero que pasó por mis manos fue un dos caballos descapotable, que tenía la palanca de cambios casi en el salpicadero y que arrancaba a manivela, jajajjajajaa! le dabas al manubrio aquel y tenías que salir corriendo a montarte, jajajjajaaaa! y ni os cuento la cuesta arriba, a veces depende de como fuera la cuesta de grande había que empujarle para que subiera, y después fui progresando con un 127 anda queeee... igualitos al que tengo hoy, pero yo también los recuerdo con cariño, será porque le dábamos más valor a lo que teníamos que hoy en día?