Tienes mucha razón. Es difícil animarse con lo que nos está cayendo encima, que parece que no va a tener fin, mientras vemos tantos sinvergüenzas llevándose lo suyo y lo ajeno. Hay muchas situaciones muy malas, como yo no las había visto nunca, ni en los peores tiempos. Los que somos de aquí siempre encontramos a alguien que nos eche una mano, pero los pobres inmigrantes que no tienen a nadie a quien recurrir lo están pasando mucho peor. Pero a pesar de todo eso, hay que sacar las ganas de reír y que no nos maten la alegría estos hijos de su madre.