Pues ya está, Martinico, como se ha podido comprobar no ha sido ningún acto de mala fe por parte de nadie. Ellos lo dieron tan por hecho que se pusieron manos a la obra en cuanto tuvieron las llaves, eso sí, manifestaron un exceso de impaciencia, pero con buenas intenciones. Ha sido una suerte que fueran ese tipo de personas formales. Lo que pasa es que estamos tan escamados que no nos fíamos de nadie, ni de nuestra sombra, pero si pensamos un poco veremos que la inmensa mayoría de las personas con las que tratamos son personas fíables.
Disfruta del fin de semana y acaba de tranquilizarte.
Disfruta del fin de semana y acaba de tranquilizarte.