Maemía Martinico, se me ha puesto un nudo en la garganta al leer éstos últimos mensajes, es la cruda realidad... incluidas las peripecias de los alcaparrones y alcaparras por la venta del barco, los propios, la estación de Quesada, el Arroyo Salao y toda esa zona (yo también la conozco bien) y ya la puntilla tener que abandonar la tierra, la familia y lo que es más lo más duro a una madre. disfrutar y mimarla todo el que aún tenéis madre que el día que deja de sonar el teléfono como tú dices Martinico es muy triste y se echan muuucho de menos.