Era gata, no le gustaba el vino, pese a tener la garrafa al lado y entre otras cualidades, se asomaba a la ventana cuando venía mi hermana en el autobús de Jaén, donde estaba estudiando, mucho antes de que pasara por mi puerta y mi madre la ponía en la peana de lumbre para que guardara las sardinas "asás", os parecerá mentira, pero lo hacía, no es cuento.
Respondía al nombre de "MINICHIQUI".