La tuvimos en tres sitios nada menos, primero, más abajo de las Cojichas, (perdón por el mote) luego en la Carrera, más arriba del
Casino y al final, en la
casa donde vivíamos, en la Plazoleta del Padre Lope.
Mi padre le enseñó el oficio a Urí. Persona a la que recuerdo con mucho afecto.