Así mismo es ¡cómo me gusta un vestido de gitana!, tanto, que el que me compré en mi viaje en el año 79, aún lo conservo, y en perfectas condiciones. Entre mis hermanas y yo, le hemos dado uso, no perdemos la oportunidad de cuando nos reunimos y la tertulia se termina con una juerga a nuestro estilo, ahí mismo lo sacamos y le damos aire a esos volantes. Es increible, pero hay algo mágico en éllos: al vestirlos y oir la música que lleva uno metida en las entrañas, es algo que te hace levantar los ... (ver texto completo)
Ah, llevas razón, hoy tuve un hermoso despertar; ójala mis mañanitas fueran siempre así, con estas imágenes que me permiten "volar con la imaginación" y disfrutar de todos esos eventos, aunque sea "fotográficamente". Gracias nuevamente por tus esfuerzos y no olvidar a los que estamos lejos.