Te miro y me provocas,
reacción y sentimientos,
difíciles de explicarlos,
por esto te lo hago en verso.
Tu siempre eres tan fiel,
nunca fallas al sediento,
y mira que en los agostos,
se agradecen tus encuentros.
Pilar de los Siete Caños,
con tu sonido perfecto,
tu agua cristalina y viva,
es como música al viento.
Recuerdo como la cantara,
llenándose escuchaba,
la música de tus grifos,
cuando por la boca entraba.
Cuantas horas de silencio,
en tu paraje de Canava,
cuantos noches compartiendo,
los sueños de una muchacha.
Presencias bellos enlaces,
ves la Virgen al marcharse,
tu fidelidad en nosotros,
es nuestro gran estandarte.
No sé los años de historia,
tienen esos chorros bravos,
que emanan fuerza y salud,
en este Pueblo Jimenato.
M. Nieto de M. Rasca.
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