El paseo por la frutería fu baldío y la solución fue rápida el camino al huerto y patatas berenjenas unos pimientos y como no un par de pepinos de la veguilla auténticos que aun me queda simiente y así pasó la tarde uno que posiblemente esta a punto de pasar a ser funcionario.
Por Madrid no he visto ni una.
Un Salúdo.
Un Salúdo.