Hola m. p., acabamos de comernos un trozo de roscón de reyes... ¡riquísimo!.
Los zapatos ya estan en la ventana, mis nietos nerviosos... dentro de un ratito pasarán los Reyes, como estamos en el Sur por aquí pasan antes.
Yo solo les pido una cosa: Salud.
Un beso.
Lo cambiaría por un mantecao de aquellos que hacíamos en el
horno de Tu Tío Andrés haya por los años 60 y que puestos en aquella cestilla de mimbre tapaditos con aquel trozo de sabana blanca, guardaos bajo llave en la alacena de mi
casa o la de Mi Abuelo, eran como dicen ahora una autentica delicatesen.
No soy nada de Rosco de Reyes, solo el de
San Blas como me enseño la
tradición para guardar el tragapán.
Saludos.
Mariano
P. D. Se me olvidaba con una copilla de anís.