La filosofía como esperanza
Ardía en ganas de trabajar por el bien público, pero, viendo a los que gobernaban en su tiempo -tiranos fueron algunos familiares suyos-, más difícil le parecía la tarea de administrar correctamene los asuntos públicos. El derecho y la moral estaban tan corrompidos y se multiplicaba tanto el número de leyes, que, al ver aquella situación donde todo iba a la deriva, acabó sintiendo vértigo. El
joven Platón se hizo viejo. Vio morir, condenado por un tribunal de demócratas,
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