(CONTINUACIÓN)
A la mañana siguiente (después del inevitable desayuno de un buen café con leche y
pan tostado con aceite y tomate), inicié mi corto
paseo hacia “El Cuarto”. Comenzaba mi búsqueda del lugar donde estuvo la
Fuente Clavellina. Ya me había enterado que hacía bastante tiempo que desapareció la fuente. También, el gigantesco
nogal cercano que proporcionaba
sombra y “frescor” a los múltiples visitantes que por aquellos lejanos años acudían a tan idílico entorno.
El Padre Lope, en sus
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