Camino hacia la veguilla,
y apenas reconozco na,
aunque al bajar por la calza,
veo la huerta de Sardinilla,
y la de Melchor Parpal.
Continuo buscando huellas,
que ya no logro encontrar,
pues muchas de sus higueras,
de olivas puestas están.... Una noche maravillosa en un lugar privilegiado con mis primos y Señoras y nuestra amiga y vecina Cati la de Campos.
Gracias Paco y Cati como siempre un diez, espero nos juntemos muchos años.
Mariano