Es un recuerdo amargo,
el que dejaron en mis dedos.
puñeteros sabañones,
no sé donde vinieron.
Aquellos dedos rojizos,
hinchaos como una morcilla,
te salían en Noviembre,... ¡Jo dios! y yo en los talones, sería de las albarcas. Nene, la pomada de los sabañones se vendería a espuertas, porque en Mi casa hasta que no llegamos a Pamplona y hacia doble de frio que en Jimena parecían familiares nuestros, no había forma de quitárselos de encima.
La Madre que los pario, como picaban las manos y las orejas.
Mariano Este recorte de prensa pertenece a la pagina 11 del Blanco y Negro del 29-01-1933. Ayer me lo quitaron del foro, hoy ya veremos lo que dura. Por cierto he de preguntarle al amigo Manolo si aun fabrican la pomada.
saludos