JIMENA: del IDEAL...

del IDEAL
Un pueblo que conserva su espíritu de fiesta tradicional es Tocón. Ahí todavía salen los niños con los melones huecos a la calle. Después de engalanar al cementerio, se tapan las cerrajas de las puertas con gachas y se pasean los niños con su faroles de melón y la noche se convierte en fiesta, según cuenta Francisco Izquierdo. Esta tradición se remonta a un tiempo de supersticiones y miedo a lo desconocido. «El temor a los espíritus de los muertos que deambulaban en las oscuras noches del primero de noviembre, hacía que los toconeros taparan los huecos por el que podían entrar en las casas. Las gachas con tostones era la cena tradicional en el día de los difuntos, y con las sobras se tapaban las cerraduras de la puerta de entrada. El otro hueco, el de la chimenea, se protegía colocando las tenazas del fuego en forma de cruz».
De muchas formas la tradición en Tocón se parece a la fiesta primitiva de Halloween, o Víspera Santa, pero la fantasía anglosajona le robó todo sentido religioso para celebrar la noche del terror y las brujas.