JIMENA: Perdón, una correpción, la casa que fué del Casero...

Jerónimo, la fecha ¿está bien? Creo que puede haber un año o dos de diferencia. Recuerdo que en aquella época se abrió un centro de falange, justo donde hoy está el Centro Médico. Allí había mesa de ping-pong, futbolines, ajedrez, damas, etc. Toda una golosina para que NIÑOS de esa etapa se apuntaran a donde hiciera falta. Cuchatú como para no apuntarse. Allí estaban todos nuestro amigos y al final te morías de ganas por estar allí. Aquello era la leche, jugar al futbolín gratis, imaginaros en esa España deprimida económicamente, con escasez de todo. Los padres, imagino que unos con mas ganas y otros con menos, no podían negar a sus hijos esa posibilidad de disfrute cuando tan poco había. También recuerdo que de vez en cuando se hacía desfiles con “escopetas” de madera, en Cánava y otras veces en Cazorla. Aquello era lo mas aburrido, pero compensaba los buenos ratos que pasábamos jugando en ese Centro. Creo que allí estábamos todos los niños del pueblo, no éramos conscientes de ser utilizados y la verdad, viendo ahora el resultado, la utilización se quedó en aguas de borrajas. Lo que sí queda es el recuerdo de una etapa de juegos y diversiones propias de la edad. Un saludo

Hola Peri, en todo lo que dices llevas razon. No teniamos medios para elegir, te apuntabas a un bombardeo para estar con los demás. Recordaras que en la casa que fué del casero de capitan, tambien teniamos futbolines, billar e. t. c apuntandote a accion catolica, no teniamos elección. Recordaras que lo primero que hacíamos al entrar en la escuela, era cantar el cara al sol, y al salir, prietas las filas, es lo que habia, tampoco teniamos los estudios que los jovenes tienen ahora, pero es lo que habia, y los recuerdos ahí estan. Perdona por los puntos y comas, pero yo no pude ir a la escuela de pago. Un abrazo pero no te identifico

Perdón, una correpción, la casa que fué del Casero de Capitán es donde nació El Palomero, y esa nunca fué El Centro, era la de su drecha entrando, que por entonces era de don Antonio Piñar, que ambas juntas en una pertenecían a mi bisabuelo; en ese Centro se me quedó grabado en la mente un acontecimiento: una apuesta no se de cuanto ¿A que Cristino no se bebía medio litro de vino de un trago? yo tenía cuatro años, lo recuerdo como si lo estuviera viendo,"cayó de un trago" apuesta ganada.