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Estamos justamente en la explanada que hay en lo alto del "Veleta", digo bien el Pico Veleta de Sierra Nevada, justo en su cima, y el autobús lo que veis al fondo.
El chófer Triburcio, hombre rudo donde los haya, cuando empinamos la cuesta rumbo al Pico, llegamos al "primer refugio", quiso que nos bajaramos del autobús, todos insistimos en que siguiera, y a regañadiente siguió, llegamos al "segundo refugio", vuelta a intentar por parte del chófer a parar, ibamos mucha gente joven y conseguimos que siguiera; aquello empezó a empinarse de verdad, la cola del autobús salia fuera de la carretera y debajo se veía solo un vacio de mas de 1.000 metros, allí todo era histeria, un momento muy peliagudo, los chillidos de las chicas impresionaban ¡de verdad!, silencio por favor, se oyó varias veces; llegamos al "tercer refugio" y por fin casi todos al unísono gritamos "Triburcio para"; y entonces el chófer, hombre con una par de h----- dice, que si tiene que llegar al cielo, llegará, entonces estaban terminando de asfaltar la carretera, aún estaban allí los obreros y máquinas, que terminaba en una explanada en lo "alto del Veleta", no había mas edificación que una casetita como "observatorio metereológico"; hicimos un corro al lado del autobús para que pudiera darle la vuelta, todos a un metro aproximadamente, cuando llegaba a cada uno le dabamos una palmadita e iba girando, poco a poco y a fuerza de "embrague", cuando lo conseguimos a descansar y disfrutar de la nieve, hacía un calor de espanto, mi quité la ropa, iba preparado "con bañador" y entonces empezaron todos como si fuese un "muñeco de feria" a tirarme bolas de nieve, disfrutamos de lo lindo, aunque yo el vértigo no lo domino, puesto en pie vi a un "rubiaco" con la punta de las botas, fuera hacia el precipio, donde había un corte en dirección Sur, que decían, yo fuí incapaz de apreciarlo, porque me tuve que acostar y echarme a rodar un poco para separarme del filo, que tendría alrededor de 1500 m, hacia el vacío, yo solo miraba al cielo, le daba la razón a Triburcio, para mi estabamos donde el quiso llevarnos pero vivos.
Y ahora viene lo bueno, para bajar la carretera hacía muchos "ringo rangos" que te enseñaban de cara lo que antes habíamos visto de culo, y además por el lado del precipio, pero a "campo través" era muy cómodo y muy corto, ¡cobardes!, solo se montó en el autobús Pepe Rodríguez, porque estaba mal de las piernas y su mujer por no dejarlo solo, así cuando llegamos andando, en la cómoda bajada al "tercer refugio", Triburcio decía que no nos montabamos en el autobús, que nos vinieramos andando a Jimena.
Se calmó el asunto y nos perdonó, luego nos dimos una vuelta por Granada, quizás por estar alli estudiando me tocó hacer un poco de guía, y como era verano 18-07-1969, todavía nos quedó tiempo para, a la vuelta, pararnos en el pantano de "Cubillas" y allí me volví a dar un "chapuzón", por aquellos entonces me gustaba mucho el agua y me defendía bien en ella.
Fué un día especial en mi vida, guardo muy gratos recuerdos de él, cuando se es joven todo es maravilloso.
El chófer Triburcio, hombre rudo donde los haya, cuando empinamos la cuesta rumbo al Pico, llegamos al "primer refugio", quiso que nos bajaramos del autobús, todos insistimos en que siguiera, y a regañadiente siguió, llegamos al "segundo refugio", vuelta a intentar por parte del chófer a parar, ibamos mucha gente joven y conseguimos que siguiera; aquello empezó a empinarse de verdad, la cola del autobús salia fuera de la carretera y debajo se veía solo un vacio de mas de 1.000 metros, allí todo era histeria, un momento muy peliagudo, los chillidos de las chicas impresionaban ¡de verdad!, silencio por favor, se oyó varias veces; llegamos al "tercer refugio" y por fin casi todos al unísono gritamos "Triburcio para"; y entonces el chófer, hombre con una par de h----- dice, que si tiene que llegar al cielo, llegará, entonces estaban terminando de asfaltar la carretera, aún estaban allí los obreros y máquinas, que terminaba en una explanada en lo "alto del Veleta", no había mas edificación que una casetita como "observatorio metereológico"; hicimos un corro al lado del autobús para que pudiera darle la vuelta, todos a un metro aproximadamente, cuando llegaba a cada uno le dabamos una palmadita e iba girando, poco a poco y a fuerza de "embrague", cuando lo conseguimos a descansar y disfrutar de la nieve, hacía un calor de espanto, mi quité la ropa, iba preparado "con bañador" y entonces empezaron todos como si fuese un "muñeco de feria" a tirarme bolas de nieve, disfrutamos de lo lindo, aunque yo el vértigo no lo domino, puesto en pie vi a un "rubiaco" con la punta de las botas, fuera hacia el precipio, donde había un corte en dirección Sur, que decían, yo fuí incapaz de apreciarlo, porque me tuve que acostar y echarme a rodar un poco para separarme del filo, que tendría alrededor de 1500 m, hacia el vacío, yo solo miraba al cielo, le daba la razón a Triburcio, para mi estabamos donde el quiso llevarnos pero vivos.
Y ahora viene lo bueno, para bajar la carretera hacía muchos "ringo rangos" que te enseñaban de cara lo que antes habíamos visto de culo, y además por el lado del precipio, pero a "campo través" era muy cómodo y muy corto, ¡cobardes!, solo se montó en el autobús Pepe Rodríguez, porque estaba mal de las piernas y su mujer por no dejarlo solo, así cuando llegamos andando, en la cómoda bajada al "tercer refugio", Triburcio decía que no nos montabamos en el autobús, que nos vinieramos andando a Jimena.
Se calmó el asunto y nos perdonó, luego nos dimos una vuelta por Granada, quizás por estar alli estudiando me tocó hacer un poco de guía, y como era verano 18-07-1969, todavía nos quedó tiempo para, a la vuelta, pararnos en el pantano de "Cubillas" y allí me volví a dar un "chapuzón", por aquellos entonces me gustaba mucho el agua y me defendía bien en ella.
Fué un día especial en mi vida, guardo muy gratos recuerdos de él, cuando se es joven todo es maravilloso.