Querido Luis, es difícil leer estas frases tuyas y no apretar los dientes y ponerse en el teclado, aunque en estos momentos lo tenga que compartir con un acontecimiento televisivo que se te a Ti también te gusta,
Cualquier Jimenato o Jimenata que en esos años que Tú describes con mucha maestría no se le pongan los pelos de punta como decimos en nuestra querida Jimena con tus palabras esta muy falto de sensibilidad.
Fueron unos años tristes a pesar de la euforia de cualquier adolescente que le plantean salir a conocer un mundo de fantasía en una de aquellas ciudades de la España de los 60 o hacer aquellas Américas de las que alguna vez habíamos oído hablar.
También haciendo honor a la verdad muchos de nosotros encontramos en esas otras tierras la posibilidad de crecer y de realizarnos, de volver a reencontrarnos con otra parte de nuestra familias y en muchos casos poder tener un nivel económico que quizá en nuestro Pueblo no hubiera sido posible.
Hoy los que tenemos la suerte de poder volver a nuestro Pueblo unas semanas o unos días, con nuestros hijos incluso con nuestros nietos y hemos tratado de inculcar un poco de aquellos sentimientos que hace ya muchos años dejamos allá sentimos una gran sastifacción, pues de alguna manera parece que el deber esta cumplido, no hemos renunciado jamás a nuestra raíces ni a nuestra constumbres a la vez que agradecemos y defendemos la tierra que nos acogió en aquellos años.
Gracias Luis por tus palabras.
Un saludo.
M. Nieto Mayor de M. Rasca
Cualquier Jimenato o Jimenata que en esos años que Tú describes con mucha maestría no se le pongan los pelos de punta como decimos en nuestra querida Jimena con tus palabras esta muy falto de sensibilidad.
Fueron unos años tristes a pesar de la euforia de cualquier adolescente que le plantean salir a conocer un mundo de fantasía en una de aquellas ciudades de la España de los 60 o hacer aquellas Américas de las que alguna vez habíamos oído hablar.
También haciendo honor a la verdad muchos de nosotros encontramos en esas otras tierras la posibilidad de crecer y de realizarnos, de volver a reencontrarnos con otra parte de nuestra familias y en muchos casos poder tener un nivel económico que quizá en nuestro Pueblo no hubiera sido posible.
Hoy los que tenemos la suerte de poder volver a nuestro Pueblo unas semanas o unos días, con nuestros hijos incluso con nuestros nietos y hemos tratado de inculcar un poco de aquellos sentimientos que hace ya muchos años dejamos allá sentimos una gran sastifacción, pues de alguna manera parece que el deber esta cumplido, no hemos renunciado jamás a nuestra raíces ni a nuestra constumbres a la vez que agradecemos y defendemos la tierra que nos acogió en aquellos años.
Gracias Luis por tus palabras.
Un saludo.
M. Nieto Mayor de M. Rasca