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Gracias Luisa por esa ayudadita. Con razón el rostro de la señora a la izquierda me era bastante familiar, si se trata de mi buena amiga Pepi y si es a Mary y a ti, no pierden la pinta. Están muy lindas. A Seba no lo hubiese reconocido sin tu ayuda. Mis disculpas a Francisco, ¡claro que lo identifiqué!
Cuando hables con tu prima le envías mi cariño.
¿ya estás haciendo los mantecaos?. Solo de nombrarlos se me despierta la memoria olfativa y me llega el olor que se desprendía, en cualquier casa jimenata, por estas fechas navideñas, entre los mantecaos, polvorones, alfajores, acompañados de un buen añis. Yo decía en una oportunidad que mi mamá aún trata de hacer los mantecaos (parece que para el alfajor no consigue algunos ingredientes). Lo cierto es que en Navidad tratamos de saborear un poquito de Jimena y completamos el recuerdo con unas copitas de añis. Bueno, quizás cause risa lo que te digo, pero cuando los estoy comiendo y bebiendo, cierro los ojos y aspiro profundamente el aroma de ambas cosas. En esos instantes me traslado a Jimena y me ubico en la que fue mi casa, casi puedo sentir el frío de las calles y algunos villancicos sonando en la radio. ¡QUE BELLO RECUERDO!. Te diré que mi hija y demás sobrinos, cuando me ven, se rien un montón, pero bueno cómo explicarles ciertas cosas que solo se sienten cuando ya no se tienen. Seguimos en contacto. Un beso. Anita
Cuando hables con tu prima le envías mi cariño.
¿ya estás haciendo los mantecaos?. Solo de nombrarlos se me despierta la memoria olfativa y me llega el olor que se desprendía, en cualquier casa jimenata, por estas fechas navideñas, entre los mantecaos, polvorones, alfajores, acompañados de un buen añis. Yo decía en una oportunidad que mi mamá aún trata de hacer los mantecaos (parece que para el alfajor no consigue algunos ingredientes). Lo cierto es que en Navidad tratamos de saborear un poquito de Jimena y completamos el recuerdo con unas copitas de añis. Bueno, quizás cause risa lo que te digo, pero cuando los estoy comiendo y bebiendo, cierro los ojos y aspiro profundamente el aroma de ambas cosas. En esos instantes me traslado a Jimena y me ubico en la que fue mi casa, casi puedo sentir el frío de las calles y algunos villancicos sonando en la radio. ¡QUE BELLO RECUERDO!. Te diré que mi hija y demás sobrinos, cuando me ven, se rien un montón, pero bueno cómo explicarles ciertas cosas que solo se sienten cuando ya no se tienen. Seguimos en contacto. Un beso. Anita