... por éstas fechas, día abajo, día arriba, nos encontrabámos en plena faena de la matánza. Una sémana de convivencia familiar alrededor de la elaboración de los prodúctos típicos y básicos para la supervivencia familiar, del cerdo: chorizo, morcilla, relleno, chicharrones, jamón, espaldillas y tocinos para salar etc. Me acuerdo de reunirse, entre familia y amigos, hasta veinte personas que disfrutabán sin recato de la buena sartén porqué mesa, mesa,... ni se podia colocar. Pócos días faltaban para que mi "chache"Alejandro trajera de Alcahudete los ricos productos de "MATA": hojaldrinas, alfanjores, polvorones; nó los traia él, sino el "BARREIROS"de Andrés Agustinillo, lógicamente. No obstante, los hornos de Jimena seguían con su faena de almendrados, hojaldrinas y mantecados de altísima calidad. Las noches eran cortas porqué, al dia siguiente, quién más, quién menos, tenia que ir al tajo para colaborar en las faenas de la recolección de aceituna: abareo, mantoneo, recogida, envasado, trasnporte... el olor del aceite y sus derivados, traspasaba hasta el último rincón, de la última casa del pueblo. Las plastas de orujo caliente servian de "arma "arrojadiza para los niños y de valioso alimento natural para las lumbres de cada hógar.
Lope, yo me acuerdo del camión que iba por las calles vendiendo las cebollas para la morcilla. Tambíen recuerdo el olor que había por las calles cuando se cocian las cebolas y los gritos que daban los cochinos en el mataero cuando iban a ser sacrificados.
Con lo de la matanza me estais haciendo recordad algunas cositas dormidas en "mi masa gris"; lo de subir a la cámara y ver las sogas llenas y la artesa de la sal con las piezas, que luego podíamos saborear, con todas las cosas esas que contais, os lo voy a dejar a vosotros, yo me voy a dedicar hoy a contaros una anécdota: Una de tantas veces de las que me mandaban a la cámara por viandas, siempre tenía por costumbre comerme una serba de las que había en el troje de la cebada, pero teniamos una gata "rubia" que le gustaba hacer sus deposiciones en dicho troje, de tal forma que eran redonditas como las subsodichas serbas, supongo que os estais figurando ¿cúal fue la confusión? habeis acertado de lleno, ¿cual es la anécdota?, sencillamente aquél día tuvimos en mi casa una gata que aprendio a volar. No se entretuvo, ¡ni mas ni menos! que salir volando por el ventanón de la cámara por donde se subía la paja. Como sabía lo que había hecho, cuando llegó al suelo no protesto.
Supongo que las condiciones lumínicas de la cámara y, quizás algún "resfriaíllo" no te privaron de la degustación de la falsa serba. Por eso no me extraña nada, conociendo el carácter extravagante de los gatos, que le diérais gusto en apuntarlo a un curso de parapente. Jose.
¿Como piensas que noté la falsa serba?
Lo que si te puedo decir es que el salto fué espectacular, ¿tú conoces la zona?, pués tomó tierra a la entrada del Molino del Pan, lo que si te puedo decir, es que cuando contactó con el suelo, ni se paró a raer ni a ver quién venia detrás, porque en su subconsciente la gata creia que yo la seguia todavía, "tardó una temporada en volver, se ve que fué a hacer un "cursillo de buenos modales".
Lo que si te puedo decir es que el salto fué espectacular, ¿tú conoces la zona?, pués tomó tierra a la entrada del Molino del Pan, lo que si te puedo decir, es que cuando contactó con el suelo, ni se paró a raer ni a ver quién venia detrás, porque en su subconsciente la gata creia que yo la seguia todavía, "tardó una temporada en volver, se ve que fué a hacer un "cursillo de buenos modales".