Paisanos y Paisanas
Hoy os quiero si me lo permitís hacer una propuesta al hilo de tiempo que corre.
Creo que es un buen momento de animarnos a recodar y mostrar a nuestros hijos y paisanos que no pudieron tener esas vivencias, los recuerdos que al menos para Mi dejaron por sus vaivenes emocionales un bonito recuerdo, claro comprendo que esto es siempre muy personal y con muy distintos matices.
Pero me voy atrever a comenzar recordando aquellas salidas de Jimena de Padres hermanos novios abuelos y a veces niños hacia los tajos de aceituna.
Yo recuerdo aquellos desayunos previos a la salida con picatostes mojados en agua y azúcar ya se que esto no era todos los días pero alguno si, el coger las espuertas de pleita, ver a la madre preparar la talega de cuadros blancos y azules o esas capachas de pleita echas por nuestros abuelos, con todos los detalles por el interior parecían pequeñas alacenas echas artesanalmente desde la recogida de la materia prima “El Esparto” en las que tu pensamiento le dedicaría buena parte de la mañana hasta que el Aperaor diría con buena voz ¡! A comer! Era todo un rito ver como la Madre iba sacando aquel tocino de veta con el borde superior lleno de sal gorda envuelto en papel de estraza, o un chorizo de la matanza, todavía fresco, pero que puesto en la lumbre desprendía un olor tan rico que casi no dejábamos que cogiera el punto de asado, o aquella pipirrana echa con ese tomate en conserva que en el verano habíamos metido a regañadientes en las botella con el embudo y el palo dale que te pego, cuando tus amigos aquella tarde habían quedado para jugar en el molino el pan o se habían ido a bañarse alguna alberca, también difícil de olvidar el olor de las naranjas al pelarlas y después aquellos juegos donde hacían un corro creo que se llamaba el marro, dejaban algo detrás de alguna persona y esta tenia que coger al que lo había que pena cuantas risas o miradas de futuros noviazgos tenian estos juegos en estos tajos.
Lo había como los de D. Manuel Alfonso o Don Bartolomé por poner dos ejemplos de tajos hoy diríamos empresas grandes o aquellos otros muy familiares donde casi todos lo integrantes eran miembros de la familia, amigos, o vecinos todos ellos muy tradicionales que se repetían año tras año.
Aquí debo de hacer especial mención a lo que seria el inicio de aquellos años 60 donde comienza la masiva inmigración a Barcelona Pamplona Valencia u otras ciudades de España, buscando el desarrollo y unas condiciones de vida quien sabe mejores.
Bueno os animo a que continuéis aportando lo que cada uno quiera, estoy seguro que todos vamos a contribuir a que conozcan nuestra pequeña historia un poco mas.
Que los que hoy todavía podéis vivir esto, seáis un poco más felices, aunque los tiempos han cambiado, estoy seguro que mantenéis nuestras tradiciones con mucho cariño.
Desde este foro os deseo que sea una buena cosecha y que os la paguen con un precio justo.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca.
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Hoy os quiero si me lo permitís hacer una propuesta al hilo de tiempo que corre.
Creo que es un buen momento de animarnos a recodar y mostrar a nuestros hijos y paisanos que no pudieron tener esas vivencias, los recuerdos que al menos para Mi dejaron por sus vaivenes emocionales un bonito recuerdo, claro comprendo que esto es siempre muy personal y con muy distintos matices.
Pero me voy atrever a comenzar recordando aquellas salidas de Jimena de Padres hermanos novios abuelos y a veces niños hacia los tajos de aceituna.
Yo recuerdo aquellos desayunos previos a la salida con picatostes mojados en agua y azúcar ya se que esto no era todos los días pero alguno si, el coger las espuertas de pleita, ver a la madre preparar la talega de cuadros blancos y azules o esas capachas de pleita echas por nuestros abuelos, con todos los detalles por el interior parecían pequeñas alacenas echas artesanalmente desde la recogida de la materia prima “El Esparto” en las que tu pensamiento le dedicaría buena parte de la mañana hasta que el Aperaor diría con buena voz ¡! A comer! Era todo un rito ver como la Madre iba sacando aquel tocino de veta con el borde superior lleno de sal gorda envuelto en papel de estraza, o un chorizo de la matanza, todavía fresco, pero que puesto en la lumbre desprendía un olor tan rico que casi no dejábamos que cogiera el punto de asado, o aquella pipirrana echa con ese tomate en conserva que en el verano habíamos metido a regañadientes en las botella con el embudo y el palo dale que te pego, cuando tus amigos aquella tarde habían quedado para jugar en el molino el pan o se habían ido a bañarse alguna alberca, también difícil de olvidar el olor de las naranjas al pelarlas y después aquellos juegos donde hacían un corro creo que se llamaba el marro, dejaban algo detrás de alguna persona y esta tenia que coger al que lo había que pena cuantas risas o miradas de futuros noviazgos tenian estos juegos en estos tajos.
Lo había como los de D. Manuel Alfonso o Don Bartolomé por poner dos ejemplos de tajos hoy diríamos empresas grandes o aquellos otros muy familiares donde casi todos lo integrantes eran miembros de la familia, amigos, o vecinos todos ellos muy tradicionales que se repetían año tras año.
Aquí debo de hacer especial mención a lo que seria el inicio de aquellos años 60 donde comienza la masiva inmigración a Barcelona Pamplona Valencia u otras ciudades de España, buscando el desarrollo y unas condiciones de vida quien sabe mejores.
Bueno os animo a que continuéis aportando lo que cada uno quiera, estoy seguro que todos vamos a contribuir a que conozcan nuestra pequeña historia un poco mas.
Que los que hoy todavía podéis vivir esto, seáis un poco más felices, aunque los tiempos han cambiado, estoy seguro que mantenéis nuestras tradiciones con mucho cariño.
Desde este foro os deseo que sea una buena cosecha y que os la paguen con un precio justo.
Un saludo.
M. Nieto de M. Rasca.
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Hola Mariano!. Buenos días, bonito relato, como yo no recogí aceituna, pero lo que si recuerdo son los Butifueras... una gozada!
Saludos.
Saludos.