(Sobre la IV Égloga de Virgilio)
II
De la cuna del niño brotarán
parras trepadoras,
nardos aromáticos,
colocasias florecidas de rosa
y risueños acantos con sus hojas rizadas.
Volverán por sí solas las cabras al redil
con sus ubres hinchadas de leche.
Los mansos rebaños pastarán
sin miedo a los leones corpulentos.
Las hierbas venenosas perderán su veneno.
Para siempre volverán las serpientes
a sus prietos escondrijos.
Martina a ver si te gusta.
II
De la cuna del niño brotarán
parras trepadoras,
nardos aromáticos,
colocasias florecidas de rosa
y risueños acantos con sus hojas rizadas.
Volverán por sí solas las cabras al redil
con sus ubres hinchadas de leche.
Los mansos rebaños pastarán
sin miedo a los leones corpulentos.
Las hierbas venenosas perderán su veneno.
Para siempre volverán las serpientes
a sus prietos escondrijos.
Martina a ver si te gusta.