Amigos del Foro:
Evidentemente ni mis vacaciones de Navidad duran tanto, ni estoy desaparecido. Éste pequeño texto lo había preparado en la semana siguiente a los Reyes. Lo que ocurre, es que por medidas de seguridad, a mi correo le han colocado un filtro que impide el acceso a determinadas páginas; parece ser que la del Foro está entre ellas (podía leeros pero no escribir). Veremos si la situación es provisional o definitiva. Ha pasado un mes de los acontecimientos que relato, pero creo que a algunos no le importará el retraso.
NAVIDADES BLANCAS, NAVIDADES NEGRAS.
Las vacaciones empezaron bien, pero a partir de la primera semana, se torcieron las cosas. He preferido terminar el relato por las Navidades Blancas y no terminar con el poso amargo que envolvió la segunda parte de las vacaciones.
Efectivamente, a partir del día 26, una niebla, mucho más oscura que la de la foto de arriba, envolvió a toda la familia. Sobre todo, las primeras 24 horas. En la sala de espera del Hospital, las tinieblas sólo se iluminaban con la lucecita de la esperanza que pretendía abrirse paso en aquel siempre inhóspito cubículo de la UCI o UVI.
La desesperación de las primeras horas, me llevó a envidiar al personaje de Fausto que, en la obra de Goethe de ese nombre, pudo vender su alma al Diablo a cambio de juventud. O a la figura de Antonio que, en “El mercader de Venecia” de W. Shakespeare, está dispuesto a entregar una libra de su carne al usurero judío Shylock, a cambio de dinero. No sería ni juventud, ni dinero lo que yo pediría, todos podéis imaginaros cual sería mi demanda.
Otro, lo hubiera tenido más fácil, pues dos puertas más allá estaba la Capilla. La penumbra que reinaba en la misma, solamente rota por la lamparilla del Sagrario, incitaba a las rogatorias y peticiones divinas. Pero todavía, mientras pueda, no sé por cuento tiempo, prefiero ser fiel a mis creencias y mis principios éticos. Además, me acordé de que la Iglesia es Romana, y lo relacioné con la famosa frase que los “pretores” romanos le dijeron a Ditalcón, Audax y Minuro, los asesinos del caudillo luso Viriato: “Roma no paga a traidores”.
Seguramente, más de uno de vosotros, habrá sufrido la experiencia, de algún avatar de la vida, como el que nos ocurría a nosotros. En esos momentos, se llega a sentir que el cerebro se “licua”, las manos se “agarrotan” y el corazón se “encoge” tanto, tanto, que cabría en un “dedal” de costura. Mientras duran estas situaciones, la verdad, es que se tienen ganas de pocas cosas.
Afortunadamente, parece que todo va a terminar bien y sólo quedará añadir (como leíamos en aquellas novelas, que tanto le gustan a mi amigo Bartolo, de Marcial Lafuente de Silver Kane o Keith Luger) una “muesca” más a la “empuñadura” del corazón.
Todos hemos oído aquello de que “la vida es como una ruleta” y al lado de la ruleta siempre habrá un croupier que repita cansinamente ¡Hagan juego señores! ¡Sigan jugando! ¿Rojo, Negro, Par, Impar o Paso?. Nuestra vida, como la ruleta, seguirá rodando hasta la próxima vez en que se detenga la bolita, quien sabe: ¿rojo o negro?.
Como decía al principio, no voy a terminar con la Navidad negra. Pasemos a la blanca.
Quizás, ya a un mes vista, no tenga mucho sentido detallar a fondo las buenas situaciones vividas en la primera semana de Navidad. Por ello, algunas cosas, se van a quedar en el tintero. Pero algo, aunque sea brevemente, relatarémos.
No puedo dejar de recodar la “Nochebuena familiar” con el epílogo de los Villancicos con guitarra, percusión, panderetas, sonajas y almirez. Como diría “Manolito”, en esa casa parecía que se estaba grabando una Nochebuena para el Canal Sur TV.
Igualmente, tendría que destacar el sabroso “arroz con habichuelas”, que al calor de la lumbre, pudimos degustar en el acogedor “loft” de Bartolo&Juani, acompañados de algunos amigos: Paca, Andrés Juana Mª, etc. O la excursión por la Sierra de Torres y Font Mayor, con mis amigos Juan&Juani, rematada con una buena comida en el restaurante Puerta de Mágina. O el suculento cocido (que no se lo saltaba un galgo), con “pringá” incluida, que disfruté en compañía de La Gitana y sus hermanas. Cocido que sirvió de preámbulo a la “Velada de Villancicos” en La Peña Flamenca. Allí, aparte del fenomenal “refrigerio” aportado por los propios partícipes, se rescataron algunos villancicos y coplillas, que ya se me habían perdido en la memoria. Además, pude comprobar, que era cierto lo que me habían dicho, el amigo Párroco, hace honor al paisanaje que tiene con Juanito Valderrama.
También, para no perder la tradición, alguna noche estuve “dando las Pascuas”. Muy bien “surtidas”, tanto en casa de Tomasis&Antonio, como en la de MªLola&Jose, en donde sirvió, al mismo tiempo de inauguración (¡provisional!) de su casa nueva, con una chimenea que parece la “caldera de Pedro Botero”.
Lo que no voy a dejar de contar es el “remake” de “Cantando bajo la lluvia” que, en la madrugada del día 25 al 26, protagonizaron el Palomero (profesor emérito de la Escuela de Alta Disertación que dirige el insigne –APM- Antonio Pérez Marín con sede en Valdepeñas), el Gachono (doctor “honoris causa” por la Universidad Inglesa del Condado de Dick and Seven) y el Marín, un servidor de Uds. (alumno seguidor del nunca bien ponderado profesor cordobés Machaquito de Rute).
El día de Navidad, a última hora de la noche, después de “arrodear la liga”, (quizás a algunos Foreros haya que explicarle esta expresión jimenata), el Morgan tenía que cerrar, pero como todavía no teníamos ganas de acostarnos, le pedimos un par de botellas de “agua de fuego” para tomárnoslas sentados en el Portal de Belén (Portal del Ayuntamiento). Estaba “jarreando”” y alguno tenía la alegría (por entonces, ahora ya cansa) de que no habría aceituna al día siguiente. Cómo en años anteriores, el Ayuntamiento, había montado un Nacimiento en el portal, decidimos buscar el calor de la mula y la paja para combatir el fresquito de la noche. Pero ante nuestra sorpresa, nos encontramos con un cartel del Consistorio que decía “Este año no se ha montado belén, porque el año pasado robaron la Virgen”. Así que de calor animal, nada de nada. Sólo nos quedaba el “calorcillo” de las botellas. Entre que estábamos en Pascua y para no desentonar tiramos de repertorio navideño. Algunos más de los que pasaban por allí se unieron al coro. Como os decía al principio, Gene Kelly la protagonista de “Cantando bajo la lluvia”, hubiera enrojecido de envidia.
Para terminar, aprovechando las comparaciones tan diferentes entre unos hechos y otros, no quisiera dejar de recordar uno de los más conocidos dichos del siempre sabio refranero castellano, todos lo recordareis: “LAS BUENAS OCASIONES HAY QUE BUSCARLAS, LAS MALAS VIENEN SOLAS”.
Saludos y hasta que el “filtrado de seguridad” me lo permita.
Evidentemente ni mis vacaciones de Navidad duran tanto, ni estoy desaparecido. Éste pequeño texto lo había preparado en la semana siguiente a los Reyes. Lo que ocurre, es que por medidas de seguridad, a mi correo le han colocado un filtro que impide el acceso a determinadas páginas; parece ser que la del Foro está entre ellas (podía leeros pero no escribir). Veremos si la situación es provisional o definitiva. Ha pasado un mes de los acontecimientos que relato, pero creo que a algunos no le importará el retraso.
NAVIDADES BLANCAS, NAVIDADES NEGRAS.
Las vacaciones empezaron bien, pero a partir de la primera semana, se torcieron las cosas. He preferido terminar el relato por las Navidades Blancas y no terminar con el poso amargo que envolvió la segunda parte de las vacaciones.
Efectivamente, a partir del día 26, una niebla, mucho más oscura que la de la foto de arriba, envolvió a toda la familia. Sobre todo, las primeras 24 horas. En la sala de espera del Hospital, las tinieblas sólo se iluminaban con la lucecita de la esperanza que pretendía abrirse paso en aquel siempre inhóspito cubículo de la UCI o UVI.
La desesperación de las primeras horas, me llevó a envidiar al personaje de Fausto que, en la obra de Goethe de ese nombre, pudo vender su alma al Diablo a cambio de juventud. O a la figura de Antonio que, en “El mercader de Venecia” de W. Shakespeare, está dispuesto a entregar una libra de su carne al usurero judío Shylock, a cambio de dinero. No sería ni juventud, ni dinero lo que yo pediría, todos podéis imaginaros cual sería mi demanda.
Otro, lo hubiera tenido más fácil, pues dos puertas más allá estaba la Capilla. La penumbra que reinaba en la misma, solamente rota por la lamparilla del Sagrario, incitaba a las rogatorias y peticiones divinas. Pero todavía, mientras pueda, no sé por cuento tiempo, prefiero ser fiel a mis creencias y mis principios éticos. Además, me acordé de que la Iglesia es Romana, y lo relacioné con la famosa frase que los “pretores” romanos le dijeron a Ditalcón, Audax y Minuro, los asesinos del caudillo luso Viriato: “Roma no paga a traidores”.
Seguramente, más de uno de vosotros, habrá sufrido la experiencia, de algún avatar de la vida, como el que nos ocurría a nosotros. En esos momentos, se llega a sentir que el cerebro se “licua”, las manos se “agarrotan” y el corazón se “encoge” tanto, tanto, que cabría en un “dedal” de costura. Mientras duran estas situaciones, la verdad, es que se tienen ganas de pocas cosas.
Afortunadamente, parece que todo va a terminar bien y sólo quedará añadir (como leíamos en aquellas novelas, que tanto le gustan a mi amigo Bartolo, de Marcial Lafuente de Silver Kane o Keith Luger) una “muesca” más a la “empuñadura” del corazón.
Todos hemos oído aquello de que “la vida es como una ruleta” y al lado de la ruleta siempre habrá un croupier que repita cansinamente ¡Hagan juego señores! ¡Sigan jugando! ¿Rojo, Negro, Par, Impar o Paso?. Nuestra vida, como la ruleta, seguirá rodando hasta la próxima vez en que se detenga la bolita, quien sabe: ¿rojo o negro?.
Como decía al principio, no voy a terminar con la Navidad negra. Pasemos a la blanca.
Quizás, ya a un mes vista, no tenga mucho sentido detallar a fondo las buenas situaciones vividas en la primera semana de Navidad. Por ello, algunas cosas, se van a quedar en el tintero. Pero algo, aunque sea brevemente, relatarémos.
No puedo dejar de recodar la “Nochebuena familiar” con el epílogo de los Villancicos con guitarra, percusión, panderetas, sonajas y almirez. Como diría “Manolito”, en esa casa parecía que se estaba grabando una Nochebuena para el Canal Sur TV.
Igualmente, tendría que destacar el sabroso “arroz con habichuelas”, que al calor de la lumbre, pudimos degustar en el acogedor “loft” de Bartolo&Juani, acompañados de algunos amigos: Paca, Andrés Juana Mª, etc. O la excursión por la Sierra de Torres y Font Mayor, con mis amigos Juan&Juani, rematada con una buena comida en el restaurante Puerta de Mágina. O el suculento cocido (que no se lo saltaba un galgo), con “pringá” incluida, que disfruté en compañía de La Gitana y sus hermanas. Cocido que sirvió de preámbulo a la “Velada de Villancicos” en La Peña Flamenca. Allí, aparte del fenomenal “refrigerio” aportado por los propios partícipes, se rescataron algunos villancicos y coplillas, que ya se me habían perdido en la memoria. Además, pude comprobar, que era cierto lo que me habían dicho, el amigo Párroco, hace honor al paisanaje que tiene con Juanito Valderrama.
También, para no perder la tradición, alguna noche estuve “dando las Pascuas”. Muy bien “surtidas”, tanto en casa de Tomasis&Antonio, como en la de MªLola&Jose, en donde sirvió, al mismo tiempo de inauguración (¡provisional!) de su casa nueva, con una chimenea que parece la “caldera de Pedro Botero”.
Lo que no voy a dejar de contar es el “remake” de “Cantando bajo la lluvia” que, en la madrugada del día 25 al 26, protagonizaron el Palomero (profesor emérito de la Escuela de Alta Disertación que dirige el insigne –APM- Antonio Pérez Marín con sede en Valdepeñas), el Gachono (doctor “honoris causa” por la Universidad Inglesa del Condado de Dick and Seven) y el Marín, un servidor de Uds. (alumno seguidor del nunca bien ponderado profesor cordobés Machaquito de Rute).
El día de Navidad, a última hora de la noche, después de “arrodear la liga”, (quizás a algunos Foreros haya que explicarle esta expresión jimenata), el Morgan tenía que cerrar, pero como todavía no teníamos ganas de acostarnos, le pedimos un par de botellas de “agua de fuego” para tomárnoslas sentados en el Portal de Belén (Portal del Ayuntamiento). Estaba “jarreando”” y alguno tenía la alegría (por entonces, ahora ya cansa) de que no habría aceituna al día siguiente. Cómo en años anteriores, el Ayuntamiento, había montado un Nacimiento en el portal, decidimos buscar el calor de la mula y la paja para combatir el fresquito de la noche. Pero ante nuestra sorpresa, nos encontramos con un cartel del Consistorio que decía “Este año no se ha montado belén, porque el año pasado robaron la Virgen”. Así que de calor animal, nada de nada. Sólo nos quedaba el “calorcillo” de las botellas. Entre que estábamos en Pascua y para no desentonar tiramos de repertorio navideño. Algunos más de los que pasaban por allí se unieron al coro. Como os decía al principio, Gene Kelly la protagonista de “Cantando bajo la lluvia”, hubiera enrojecido de envidia.
Para terminar, aprovechando las comparaciones tan diferentes entre unos hechos y otros, no quisiera dejar de recordar uno de los más conocidos dichos del siempre sabio refranero castellano, todos lo recordareis: “LAS BUENAS OCASIONES HAY QUE BUSCARLAS, LAS MALAS VIENEN SOLAS”.
Saludos y hasta que el “filtrado de seguridad” me lo permita.
Me alegra volver a saber de ti.
Un saludo
Un saludo