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JIMENA: EJÉRCITO DE LUCIÉRNAGAS....

EJÉRCITO DE LUCIÉRNAGAS.

Seguramente algunos, al leer el encabezado, habrán vuelto a recordar, aquél entretenimiento, juego o pasatiempos que los “chiquillos” de generaciones pasadas (tan faltos de cualquier clase de juguetes), realizábamos en las noches primaverales o veraniegas. El “asunto” consistía en salir a buscar a los extraños “bichitos” que tanto relucían en la oscuridad del campo. Los guardábamos en pequeñas cajitas (normalmente de cerillas) y durante el día o dos días, que sobrevivían, nos distraíamos luego, abriendo la cajita en la penumbra de la casa o de la calle, para ver el "resplandór". Uno de los lugares, cercanos al pueblo, en que más luciérnagas había, era en el camino del “Lavaero a la Romaniente”, justamente por debajo de los pinos del Parque en donde desemboca el “desague” del pilar de la carretera. Alrededor de la humedad que producía el agua del pilar, se desarrollaban una plantas de hojas acorazonadas y carnosas (del nombre no me acuerdo) en las que, por la noche, servían de refugio a los “refulgentes” insectos.

Viene a colación éste recuerdo, en relación con otro “ejército de luciérnagas”, que aparecía en las duras noches invernales, en las que, como al parecer sucedió anoche en Jimena, todo el pueblo se quedaba en la más completa oscuridad.

Tengo gravada en mi retina de niño de ocho o nueve años, como en esas noches de viento y sin luz (no hacía falta que fuera muy entrada la noche), la Plaza, la Carrera, “debajo del Arco” y por la pequeña explanada entre el Campanario y la entrada al Castillo, decenas de pequeñas lucecitas “oscilaban” y “parpagueaban” en las tinieblas nocturnas. Eran las LINTERNAS que, casi todos los “mozicos” del pueblo, tenían preparadas para cuando esas eventualidades nocturnas, ocurrían tan frecuentemente en aquéllos años. Decenas, tal vez centenas, de aquellas “luciernágas mecánicas”, se desplazaban por el recorrido “Torreón del Castillo-Pilar de las Machorras”. Algunas cuadrillas tenían sus propios códigos de señales luminosas, y entre el apagar y encender, el enfocarse unos a otros y "alumbrar" a los que subían o a los que bajaban, el entretenimiento estaba garantizado por un buen rato. Yo siempre los comparaba con el otro “ejército de luciérnagas” que, pronto a la vuelta de la primavera, los niños iríamos a buscar por los aledaños del pueblo.

PD. Sigo con mis problemas de entrada a la página por el filtro en el correo.
Respuestas ya existentes para el anterior mensaje:
Dos apreciaciones solamente:
- La plantita son los "mastronchos"
- La cajita me parece que "cerillas por aquellos entonces era muy cursi", yo los "relunciérganos" los metía en una "caja de mistos con agujeros"
Por lo demás por hoy "la Censura" no tiene nada que objetar.