Recordando a Dámaso Zabalza
Dámaso Zabalza (Irurita, Navarra, 11 de diciembre de 1835 - Madrid, 27 de febrero de 1894), compositor y pianista español.
Comenzó sus estudios musicales en Pamplona y enseguida se trasladó a Madrid donde alcanzó fama como concertista tocando ante la reina María Cristina. Fue profesor de piano del Conservatorio de Madrid y miembro de la Sociedad de Cuartetos.
Su obra [editar]
En 1861 estrenó la zarzuela El caserío; es autor además de obras para piano, como El canto de las montañas o Las campanas del Roncal, además de componer varias páginas corales.
EL CASERÍO
Zortzico: "Sasibill mi caserío"
Romanza: "Yo no sé que veo en Ana Mari"
Santi.
Sasibill mi caserío,
tibia cuna de mi niñez,
alivio suave de mis dolores,
de mis amores orgullo y prez...
Sasibill, rincón piadoso,
templo y tumba de mi ilusión
en tu regazo de amable nido
¡cuánto ha sufrido mi corazón!
Una mujer mi vida iluminó
con claridades de amanecer.
Era una estrella que yo codiciaba.
No me cansaba de soñar con ella
¡triste de mí!
¡La estrella se apagó!
¡Qué hermosa dicha la que perdí!
Perdí la ilusión
que tanto acaricié.
¡Fue una locura lo que soñé!
Perdí la ilusión, la juventud
y la razón...
(fragmento)
Dámaso Zabalza (Irurita, Navarra, 11 de diciembre de 1835 - Madrid, 27 de febrero de 1894), compositor y pianista español.
Comenzó sus estudios musicales en Pamplona y enseguida se trasladó a Madrid donde alcanzó fama como concertista tocando ante la reina María Cristina. Fue profesor de piano del Conservatorio de Madrid y miembro de la Sociedad de Cuartetos.
Su obra [editar]
En 1861 estrenó la zarzuela El caserío; es autor además de obras para piano, como El canto de las montañas o Las campanas del Roncal, además de componer varias páginas corales.
EL CASERÍO
Zortzico: "Sasibill mi caserío"
Romanza: "Yo no sé que veo en Ana Mari"
Santi.
Sasibill mi caserío,
tibia cuna de mi niñez,
alivio suave de mis dolores,
de mis amores orgullo y prez...
Sasibill, rincón piadoso,
templo y tumba de mi ilusión
en tu regazo de amable nido
¡cuánto ha sufrido mi corazón!
Una mujer mi vida iluminó
con claridades de amanecer.
Era una estrella que yo codiciaba.
No me cansaba de soñar con ella
¡triste de mí!
¡La estrella se apagó!
¡Qué hermosa dicha la que perdí!
Perdí la ilusión
que tanto acaricié.
¡Fue una locura lo que soñé!
Perdí la ilusión, la juventud
y la razón...
(fragmento)