Nunca os he contado la primera vez que fui a jugar a Jodar ¿verdad? Bueno ni la última, no hemos hablado de ello, así que os lo voy a contar tal y como pasó:
Sábado, anterior al partido, mi mama: donde jugáis mañana, vamos a Jodar, ¿a Jodar? Virgen de los Remedios, le contesto ¿Qué me dices? Nada, nada, y tu tienes que ir por narices, no puedes decir que estas lesionado, que se yo algo, no mama no, yo soy un profesional no puede hacer eso, ¿tu un profesional? Si el único duro que has pillado con el fútbol fue el que te tiraron a la cabeza en el pueblo aquel de la sierra, y encima lo perdiste.
Cuando volví por la noche encuentro que había puesto en la bañera, por si se caía y provocaba un fuego, una palanganilla con aceite y palomillas, de esas que se ponen cuando los santos, y esto que es dije yo, contestándome ella: es que hoy hace tiempo que se murió un familiar del pueblo, ¿Qué familiar? El que me de a mi la gana, vena Jimenata como veis.
Por la mañana salimos en el autobús y solo nos acompañaba el delegado, ni el presidente vino, que pasa, nada que no han podido venir, aquello ya olía a chamusquina pero, a unos cinco kilómetros de Jodar nos para la Guardia Civil, yo pensé que detalle las fuerzas vivas del pueblo que vienen a recibirnos, y nos acompañaron hasta el campo de fútbol, en la puerta de este a lo lejos vemos a un grupo de personas, unos veinte, que tenían unos palos con pancartas y nos saludaban muy efusivamente, que bien, cuando nos bajamos del autobús las pancartas no eran tales, eran palos a secas con unas cuerdas que enseñándonoslos nos dijeron algo de que no ganaríamos, en fin pensé yo que seria un error, entre ellos había un aficionado que tenia un jamón, entero sin empezar, y me dijo “te gusta el jamón porque te vas a jartar”, entramos al vestuario, que en los campos de fútbol esta como los servicios en los bares, al fondo a la derecha.
Cuando el mister dio la alineación me puso de lateral derecho, yo alternaba esa posición con la de central, lo que le dio mucha alegría al que puso de central, no se porque pero luego me entere. Saltamos al campo y “había mas gente que en la guerra”, habría unos cuarenta mil espectadores, bueno a mi me lo pareció yo llevaba poco tiempo saliendo fuera a jugar pues tenia diecisiete o dieciocho añitos y los demás tenían edad libre, o sea carcamales de treinta y tantos años, y allí a mi lado en la banda el tío del jamón, tenia el gacho una faca con la que lo cortaba que cuando la abrió sonaron mas de diez muelles, aquello parecida un estoque, me llama y cuando me acerco, con precaución por si acaso, me dice que si quiero ya el jamón, le contesto que no, que me da sed, y el me dice: es lo mismo te vas a jartar”.
El campo pequeño con una barandilla alrededor, pero solo a unos veinte centímetros de las líneas de campo, si te pasabas de frenada zás, calamonazo contra la baranda.
Lo que gritaba la gente y animaba a su equipo, les decían a sus jugadores que ya nos tenían morados a lo que yo les respondí que no, que la camiseta ya era morada antes, a mi me llamaron cosas que no había oído nunca, que palabros serían que puse en Google las que recordaba y las intercepto el antivirus, después se me bloqueo el ordenata, una de las veces que fui a sacar de banda un tipo me pego un chicle en la pierna, como las tenia llena de pelos, se me había olvidado hacerme las piernas ese finde, se me pego a los pelos y me los corte con unas tijeras porque no salían tirando. En vista de cómo estaban las cosas y de que los que jugábamos por las bandas estábamos en serio peligro, le dijimos al entrenador que porque en vez de jugar un cuatro, tres, tres, no jugábamos un uno uno uno uno uno uno uno uno, todos por el centro lejos de las líneas, nos contesto que no que entonces nos entrarían por las bandas, el capitán, Jose Maria Hornos, le comento que eso no era posible porque la gente estaba dentro del campo y no los dejarían pasar.
Sábado, anterior al partido, mi mama: donde jugáis mañana, vamos a Jodar, ¿a Jodar? Virgen de los Remedios, le contesto ¿Qué me dices? Nada, nada, y tu tienes que ir por narices, no puedes decir que estas lesionado, que se yo algo, no mama no, yo soy un profesional no puede hacer eso, ¿tu un profesional? Si el único duro que has pillado con el fútbol fue el que te tiraron a la cabeza en el pueblo aquel de la sierra, y encima lo perdiste.
Cuando volví por la noche encuentro que había puesto en la bañera, por si se caía y provocaba un fuego, una palanganilla con aceite y palomillas, de esas que se ponen cuando los santos, y esto que es dije yo, contestándome ella: es que hoy hace tiempo que se murió un familiar del pueblo, ¿Qué familiar? El que me de a mi la gana, vena Jimenata como veis.
Por la mañana salimos en el autobús y solo nos acompañaba el delegado, ni el presidente vino, que pasa, nada que no han podido venir, aquello ya olía a chamusquina pero, a unos cinco kilómetros de Jodar nos para la Guardia Civil, yo pensé que detalle las fuerzas vivas del pueblo que vienen a recibirnos, y nos acompañaron hasta el campo de fútbol, en la puerta de este a lo lejos vemos a un grupo de personas, unos veinte, que tenían unos palos con pancartas y nos saludaban muy efusivamente, que bien, cuando nos bajamos del autobús las pancartas no eran tales, eran palos a secas con unas cuerdas que enseñándonoslos nos dijeron algo de que no ganaríamos, en fin pensé yo que seria un error, entre ellos había un aficionado que tenia un jamón, entero sin empezar, y me dijo “te gusta el jamón porque te vas a jartar”, entramos al vestuario, que en los campos de fútbol esta como los servicios en los bares, al fondo a la derecha.
Cuando el mister dio la alineación me puso de lateral derecho, yo alternaba esa posición con la de central, lo que le dio mucha alegría al que puso de central, no se porque pero luego me entere. Saltamos al campo y “había mas gente que en la guerra”, habría unos cuarenta mil espectadores, bueno a mi me lo pareció yo llevaba poco tiempo saliendo fuera a jugar pues tenia diecisiete o dieciocho añitos y los demás tenían edad libre, o sea carcamales de treinta y tantos años, y allí a mi lado en la banda el tío del jamón, tenia el gacho una faca con la que lo cortaba que cuando la abrió sonaron mas de diez muelles, aquello parecida un estoque, me llama y cuando me acerco, con precaución por si acaso, me dice que si quiero ya el jamón, le contesto que no, que me da sed, y el me dice: es lo mismo te vas a jartar”.
El campo pequeño con una barandilla alrededor, pero solo a unos veinte centímetros de las líneas de campo, si te pasabas de frenada zás, calamonazo contra la baranda.
Lo que gritaba la gente y animaba a su equipo, les decían a sus jugadores que ya nos tenían morados a lo que yo les respondí que no, que la camiseta ya era morada antes, a mi me llamaron cosas que no había oído nunca, que palabros serían que puse en Google las que recordaba y las intercepto el antivirus, después se me bloqueo el ordenata, una de las veces que fui a sacar de banda un tipo me pego un chicle en la pierna, como las tenia llena de pelos, se me había olvidado hacerme las piernas ese finde, se me pego a los pelos y me los corte con unas tijeras porque no salían tirando. En vista de cómo estaban las cosas y de que los que jugábamos por las bandas estábamos en serio peligro, le dijimos al entrenador que porque en vez de jugar un cuatro, tres, tres, no jugábamos un uno uno uno uno uno uno uno uno, todos por el centro lejos de las líneas, nos contesto que no que entonces nos entrarían por las bandas, el capitán, Jose Maria Hornos, le comento que eso no era posible porque la gente estaba dentro del campo y no los dejarían pasar.
