Hola Mariano: No sólo nos haces pasar un ratillo bueno con tus relatos, a mi particularmente me transportas a esas fechas y las vuelvo a vivir, de tal manera, que casi percibo el olor que tu describes. Me hicistes recordar el año que hice la Primera Comunión, que como bien lo explicas, ese dia del Corpus, volvíamos a engalanarnos con los mismos trajes. La noche anterior ya mi madre me llenó la cabeza de ganchos para que al día siguiente luciera una cabellera de hermosos tirabuzones, (cualquier sacrificio valía la pena). Y al día siguiente era todo un ritual: labarnos bien, ponernos aquellos vestidos que eran tan significativos para nosotros, calzarnos con los zapatos, que teníamos bien envueltos en papel de seda y guardados en su respectiva caja (a mi me daba lástima tirar las cajas donde venían los zapatos nuevos), y por últimmo, un toque de alguna colonía que la madre siempre tenía para esos momentos especiales. En fín, era toda una ilusión ponerse aquellas galas. Y luego recorrer las calles, olorosas a... Jimena. Recuerdo que yo me llevé un susto, pues no se si por estar pendiente de mis zapatos nuevos, o qué, lo cierto es que me resbalé con esas ramas que extendían en la calle y de paso me pisé el dobladillo de mi largo vestido de comunión, hice maromas para no caer y no pasó de un susto. Luego, el disfrute de todo lo que tú narras. ¡Qué tiempos sencillos pero que hermosos eran!. Según Luisa, aún se mantiene esa tradición, pero la pregunta es ¿esta nueva generación disfruta con esas cosas tanto como disfrutamos nosotros?. Sin pretender hacer un estudio sicológico, pues para la respuesta habría que ahondar en muchos factores, si me atrevo a decir que provablemente, la abundancia en que nuestros hijos se han criado, (no la critico), pero si creo es la causa de que se haya perdido, en las nuevas generaciones, cierta capacidad de "disfrute de las cosas sencillas". Vemos en muchas oportunidades, que niños o adolescentes, se sienten aburridos aún cuando estén rodeados de juegos sofisticados, tengan acceso a parques, televisión, etc. Bueno es una opinión bastante "simple", que estoy segura tiene sus explicaciones sicológicas. Lo más cierto es que nosotros éramos felices con bastante menos, y cualquier cosa nos despertaba la expectativa, la ilusión... Gracias Mariano por ese relato. Saludos
Gracias por tus palabras Ana, si he conseguido con mi pequeño relato trasladarte por unos momentos aquella casita en el callejón donde tantas veces correteaste con Tu melena rubia ya me doy por satisfecho, como muchas veces te digo nosotros los que las circunstancias laborales o familiares salimos un día de nuestra Tierra en esa edad, estoy seguro que con cualquier pequeña historia nos emocionamos, no te preocupes que veras como pronto volverás a poder pisar aquel callejón que seguro no ha cambiado lo suficiente para que puedas vivir momentos inolvidables.
Un saludo amiga.
Seguiré contándoos las cosas de nuestro Pueblo a mi manera.
M. Nieto de M. Rasca
Un saludo amiga.
Seguiré contándoos las cosas de nuestro Pueblo a mi manera.
M. Nieto de M. Rasca