La
siesta se duerme cuando se duerme y si no estás pues como tú despierta, pero es que hasta que no hace uno la digestión, no se ponen las neuronas al corriente y una vez que la sangre le ha dado un par de vueltas a la circulación, pues ya estás, como decía Cantinflas, como que muy preparado para sentarse delante de este "cacharro" y aporrecear las teclas con la debida solvencia.